Zidane, en la senda de Bob Paisley
S¨®lo dos entrenadores han ganado tres veces la Copa de Europa, Bob Paisley y Ancelotti
S¨®lo dos entrenadores han ganado tres veces la Copa de Europa, Bob Paisley y Ancelotti. Y s¨®lo uno de ellos lo ha hecho con el mismo club. Bob Paisley, precisamente en el Liverpool. ?Y cuando el Madrid gan¨® cinco consecutivas? Pues Jos¨¦ Villalonga gan¨® las dos primeras, Carniglia las dos siguientes y en la ¨²ltima hubo salto entre Fleitas Solich y Miguel Mu?oz. ?Y cuando tripitieron el Bayern y el Ajax? En ambos casos hubo relevo. En el Bayern gan¨® la primera Lattek y las otras dos Cramer. En el Ajax, la primera fue de Michels y las otras dos de Kovacs. Con dos hay muchos, como se ve, entre ellos Guardiola. Con tres es otra cosa.
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Me detengo en la figura de Paisley, que me inspira la mayor simpat¨ªa. Lleg¨® al cargo cuando su jefe, el celeb¨¦rrimo Bill Shankly, abandon¨® el club por sorpresa en julio del 74. Paisley hab¨ªa sido un jugador oscuro, un medio aplicado e industrioso, que cuando dej¨® el f¨²tbol en 1954 se qued¨® en el club en la escala t¨¦cnica. Fue segundo de Shankly y era de lo m¨¢s refractario a la notoriedad que pueda imaginarse. Cuando le cay¨® el cargo intent¨® rechazarlo y finalmente lo acept¨® muerto de miedo y as¨ª se lo dijo a sus jugadores. Keegan habl¨® aparte a la plantilla: ¡°Tenemos que ayudarle en lo posible o nos hundiremos todos¡±.
Pero acert¨®. Retras¨® a Ray Kennedy, que chocaba en la delantera con Toshack, y a Keegan, a la media, fich¨® a McDermott y Neal... El segundo a?o gan¨® la Copa de la UEFA y la FA Cup. Pronto acert¨® en nuevas adquisiciones: Hansen, Dalglish, Souness, Rush. Siempre discreto, trabajando sin ruido. Zidane fue jugador brillant¨ªsimo, pero su puesta en escena como entrenador es similar. Lleg¨® por un accidente, para tapar un agujero y la discreci¨®n ha marcado su tarea. Como Ancelotti, por cierto, el otro que por ahora tiene tres. Hay una manera de sacar partido a los jugadores que no consiste en abrumarles a ¨®rdenes y gritos, sino a trav¨¦s de la convicci¨®n.