Neymar: en el nombre del padre
Neymar prepara su llegada al Madrid. Es un secreto a voces desde hace un par de meses. El jugador brasile?o es un megacrack, indiscutible talento situado solo por detr¨¢s de los dos aut¨¦nticos jerarcas del f¨²tbol mundial: Cristiano y Messi (por este orden). El Madrid quiere asegurarse al heredero de la corona a pesar de que la operaci¨®n con el PSG va a resultar muy onerosa. Si Neymar cost¨® 222 millones al club franc¨¦s, ser¨¢ imposible arrebat¨¢rselo al club-estado parisino por menos de 300. Y no hay que olvidar lo 37millones de euros netos que cobra de ficha anual¡ ?15 m¨¢s de lo que cobra Cristiano en el Madrid! Con todo, mis recelos con Neymar no van por ah¨ª, pues ya se sabe que es la ley del mercado y si quieres traer a los mejores hay que pagar por ello. Lo que no me convence del tema Neymar es su entorno, la hojarasca que le rodea. Yo le llamo ¡°mirar las contraindicaciones del medicamento antes de comprarlo¡±. Que Neymar pondr¨ªa en pie al Bernab¨¦u y que con Cristiano formar¨ªa una pareja incre¨ªble es algo que todos los que amamos el f¨²tbol tenemos muy claro. Discutirlo ser¨ªa absurdo. Pero yo me refiero a lo que conllevar¨¢ la llegada de Neymar.
Hablo de sus famosos toiss, sus escapadas a Brasil en mitad del curso para acompa?ar a su hermana en su cumplea?os, el hecho de que se pase dos meses en su mansi¨®n brasile?a si sufre alguna lesi¨®n importante (es lo que ha hecho con el PSG) y, sobre todo, el apetito insaciable de su padre. Un hombre que cuando huele el dinero no tiene escr¨²pulos ni contratos que lo detengan. Su padre ya ha empezado a mover la maquinaria para sacar a su hijo de Par¨ªs y traerlo al Madrid. Como madridista es un orgullo que el tercer mejor jugador del mundo quiera venir al Bernab¨¦u, algo que por cierto pudo hacer en 2013 hasta que prefirieron el dinero que llegaba del Bar?a de forma descontrolada. Por eso mi pregunta es: ?Qui¨¦n me garantiza que aqu¨ª no nos dejar¨¢ Neymar tirados cuando a su pap¨¢ se le antoje como ha sucedido con el Bar?a y el PSG? Esa es la cuesti¨®n. No perdamos el tiempo en discutir su inmensa calidad, sino en valorar las repercusiones de las famosas contraindicaciones del medicamento¡
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