Aspas y el f¨²tbol de antes
Un f¨²tbol potente, lleno de sonido y de furia; nadie estaba dispuesto a rendirse, y adem¨¢s con Iago Aspas en el campo. Debe estar feliz el seguidor del Celta. El Barcelona no ahorr¨® ni un mil¨ªmetro de esfuerzo, y el Celta se esforz¨® un mil¨ªmetro m¨¢s. Con esa velocidad fueron los futbolistas capaces de hacer un f¨²tbol como el de antes, plet¨®rico, feliz, en el que unos y otros se convenc¨ªan mutuamente de que rendirse no formaba parte de la trama. El campo fue en un momento determinado un escenario ¨²nico, las jugadas pod¨ªan comenzar en el otro extremo y a¨²n as¨ª parecer que se sufr¨ªan, o se disfrutaban, en el ¨¢rea contraria.
Esas mel¨¦es formidables, como los antiguos arranques de entusiasmo del f¨²tbol, pudieron dar de s¨ª cualquier cosa. Arte, incluso. Lo intentaron Messi y Aspas, igualados en alg¨²n momento en picard¨ªa y calidad, obsesionados los dos por un instrumento decisivo, la porter¨ªa. Pens¨¦ durante el partido en qu¨¦ se estar¨ªan diciendo los entrenadores, qu¨¦ pasar¨ªa por la cabeza de Unzue, tan barcelonista, qu¨¦ pensar¨ªa el p¨¢lido Valverde, superando a¨²n el trago romano. Ambos hicieron cambios, se asustaron, se comprendieron, se respetaron. Parec¨ªan en sus banquillos dos entrenadores asustados por la audacia feliz o desgraciada de sus jugadores.
Me gust¨® ver el f¨²tbol, me record¨® a cuando ve¨ªa revolcarse de lucha o victoria a los antiguos gladiadores de ligas pret¨¦ritas.
Clasificaci¨®n | PTS | PG | PE | PP |
---|
Pr¨®ximos partidos |
---|