El f¨²tbol siempre ofrece revancha
El primer partido tras ganar el Mundial de Sud¨¢frica lo jugamos en Buenos Aires. Aquello fue un conchabeo entre Villar y Grondona que nos cay¨® en malas fechas infames, en septiembre, cortos de preparaci¨®n y de ganas, tras una de esas pretemporadas fatigosas que hartan de viajes a los jugadores. Argentina nos recibi¨® en el campo de River, con hierba seca hasta el tobillo. Nos comimos un 4-1, y dada nuestra condici¨®n de flamantes campeones del mundo podemos decir que fue uno de los resultados m¨¢s lacerantes de nuestra historia. La prensa argentina nos burre¨® de lo lindo. En honor a la verdad, no m¨¢s de lo que ayer burre¨® a los suyos.
Al final del partido, alguien me sugiri¨® el siguiente titular ocurrente y vengativo: ¡®Nadal 6, Del Potro 1¡¯. No le compr¨¦ la idea, aunque me hizo gracia, pero record¨¦ una frase cogida al vuelo hace mucho tiempo, creo que a Valdano: ¡°El f¨²tbol siempre ofrece revancha¡±. Es as¨ª. Este set a los argentinos, en v¨ªsperas del Mundial, limpia aquello. Cierto que a ellos les falt¨® Messi, pero en la ocasi¨®n anterior nosotros fuimos con nula preparaci¨®n. Y respecto a los excesos ir¨®nicos de la prensa argentina aquel d¨ªa, quedan sobradamente compensados por su reacci¨®n contra los propios ante su desastre en el Metropolitano. Mano a mano hemos quedado.