El voleibol espa?ol no tiene rostro
Agust¨ªn Mart¨ªn, el presidente de la RFEVB, insiste sobre una idea: ¡°El voleibol no es un deporte minoritario¡±. Lo defiende durante su encuentro con As, con la misma pasi¨®n que se lo recalca a sus federativos. Sostiene sus argumentos con n¨²meros: el voleibol es el segundo deporte de Espa?a en porcentaje de mujeres (77,37%), detr¨¢s de la gimnasia; el cuarto femenino en licencias (55.886), donde es l¨ªder el baloncesto; el und¨¦cimo en total de federados (72.232), y el cuarto en disciplinas por equipos, tras el f¨²tbol, el baloncesto y el balonmano. Tambi¨¦n es el deporte practicado en m¨¢s pa¨ªses del mundo. Son n¨²meros muy respetables, pero la percepci¨®n en la calle es otra. Al voleibol cuesta ponerle rostro. Los nombres m¨¢s representativos vienen del voley playa: Pablo Herrera, Lili Fern¨¢ndez y Elsa Baquerizo.
En 2007 se perdi¨® una oportunidad de oro. Espa?a jug¨® las finales de los Europeos de baloncesto y voleibol el mismo d¨ªa, 16 de septiembre, ante el mismo rival, Rusia, con suertes dispares. El b¨¢squet perdi¨® en Madrid y el voley triunf¨® en Mosc¨². Aquello fue tan sorprendente, que ni viajaron autoridades. Todas miraban a la canasta. El mayor ¨¦xito en su historia dej¨® escasos beneficios. Mart¨ªn arguye dos razones: aquella generaci¨®n ya era muy veterana y la crisis impidi¨® el relevo. Desde entonces, la RFEVB se ha centrado m¨¢s en sembrar en la base, que depende menos de las inversiones. Esas cifras de las que hoy presume son los frutos recogidos, pero ahora debe convertirlos en resultados. El voleibol espa?ol tiene n¨²meros, pero carece de nombres y de caras. Eso tambi¨¦n hay que trabajarlo. Es la intenci¨®n.