Marcelo, Ramos y el futuro de Zidane
El mi¨¦rcoles, cuando marc¨® su gol, que era el tercero, Marcelo corri¨® hasta Zidane para ponerse de rodillas ante ¨¦l, y luego abrazarle. Fue un gesto curioso, una forma de reconocimiento y pleites¨ªa que no es frecuente. No mucho m¨¢s tarde, en la zona mixta, Sergio Ramos aventur¨® por sorpresa que no estaba seguro de que Zidane siguiera aunque ganara esta Champions. A lo mejor la gana y el que no quiere seguir es ¨¦l, vino a decir. El tercer episodio fue la declaraci¨®n de ayer de Zidane, en la que lejos de mostrarse feliz por el nuevo sesgo que puede tomar la temporada tras lo del PSG, dijo eso de que entrenar gasta mucho, y en el Madrid m¨¢s.
Est¨¢ distinto. Siempre le hemos visto como un discreto optimista. O no tan discreto. Alguna vez solt¨® eso de ¡°estoy de puta madre¡±. Ahora acusa des¨¢nimo, seguramente porque sabe que, como malas lenguas aseguran, el club est¨¢ tanteando desde hace bastantes semanas lo que hay por ah¨ª para sustituirle en cuanto acabe el curso. La mayor¨ªa de los jugadores est¨¢n con ¨¦l, eso explica la actitud de Marcelo y las palabras de Sergio Ramos, que vendr¨ªan a ser como una llamada de alarma. No les apetece gran cosa verse ante otro. Hay experiencias recientes (Mourinho y Ben¨ªtez) que les fueron bastante ingratas. Con Zidane est¨¢n bien.
Pero justo lo que menos feliz hace a Florentino es ver a sus jugadores c¨®modos con el entrenador. Su pulsi¨®n autoritaria sufre cuando piensa que un Del Bosque, un Ancelotti o un Zidane no son lo suficientemente duros, que se pliegan al ritmo que manda el vestuario. Curiosamente es s¨®lo con ese tipo de entrenadores con el que ha venido ganando sus Champions, no con los que se distinguen por su dureza o por sus agobiantes obsesiones t¨¢cticas. Pero no se resigna. Zidane, claro, sabe eso mejor que nadie. Sabe que si no gana la Champions seguro que no va a seguir, pero al mismo tiempo se plantea si le merece seguir aunque la haya ganado.?