El Celta puso en evidencia al Madrid
A diecis¨¦is puntos. Ya no hay manera de que las cuentas le salgan al Madrid. Supongamos que gana en Legan¨¦s, supongamos incluso que gana en el Camp Nou. A¨²n quedar¨ªa a diez. El Madrid ya no est¨¢ en LaLiga y los primeros que lo saben son sus jugadores. La diferencia de intensidad con el Celta fue tremenda. Con Iago Aspas al frente, el equipo local gan¨® la mayor¨ªa de los duelos individuales, jug¨® con pasi¨®n, y aparte de sus dos goles tuvo un tiro al palo y un penalti fallado. Una rareza, porque el lanzador, Iago Aspas, estrella de la noche, llevaba once marcados sin fallo. Bien mirado, el Madrid puede considerarse afortunado con el empate.
La ¨²nica buena noticia para el Madrid fue Bale, espl¨¦ndido. El partido le ven¨ªa como guante a la mano, con espacios tras la defensa del Celta, sin Benzema, en un 4-4-2 con buenos pasadores atr¨¢s y su libertad para moverse por todo el frente del ataque. El superior juego colectivo hab¨ªa adelantado al Celta, pero ¨¦l le dio en poco tiempo la vuelta al partido, aprovechando sendos buenos pases de Kroos e Isco. El Madrid est¨¢ obviamente fuera de LaLiga, pero Bale puede pesar mucho en esta Champions. Se le vio ligero, perdido por fin el miedo a la reca¨ªda, est¨¢ en la mejor edad y ha alcanzado una relaci¨®n con el gol extraordinaria.
En realidad, Bale fue todo el ataque del Madrid, porque Cristiano estuvo nulo. Perdida ya la velocidad que tuvo, y que s¨ª tiene hoy el gal¨¦s, el equipo le encontr¨® poco y ¨¦l se equivoc¨® casi siempre. Fuera de Bale no hubo mucho que destacar en el Madrid, si acaso la parada de Keylor en el penalti, estupenda. Como para agradecer el desaf¨ªo tremendo que Zidane le ha lanzado a su presidente, al afirmar que no necesita portero. Especialmente preocupante es el grado de frivolidad que est¨¢ alcanzando Marcelo, que llena el partido de pinceladas brillantes, pero se rebaja descaradamente de todo compromiso defensivo.