El Espanyol, contra todos los elementos
Visitaba el Espanyol a un Alav¨¦s colista que ni siquiera hab¨ªa puntuado a¨²n en casa, por lo que quien no viera el partido podr¨ªa quedarse en ese sempiterno efecto aspirina de los pericos. Pero no. Poco que ver con la realidad. El partido fue propio de aquellos campos embarrados de los ochenta, y no por la incesante lluvia que cay¨® (ya que el drenaje aguant¨® bien), sino porque el Alav¨¦s se comport¨® como aquellos equipos de jugadores fuertes y bigotudos, en ¨¦poca de calzones cortos y m¨¢s palos que f¨²tbol. Pero, sobre todo, record¨® a aquellos arbitrajes aciagos, caseros a m¨¢s no poder, que si no pasaron a la historia fue porque no hab¨ªa ni c¨¢maras 3D y en ocasiones siquiera emisiones de los 90 minutos, m¨¢s all¨¢ de alg¨²n resumen y la moviola. Todos los elementos se conjuraron ante un Espanyol impotente.
El primer varapalo tard¨® solo 45 segundos en llegar. El gol babazorro, fruto de un c¨®rner y de un c¨²mulo de rebotes, rechaces y desprop¨®sitos. Pero mayor golpe supuso la expulsi¨®n de Hermoso, a los 39 minutos. El central vio la amarilla por un braceo, id¨¦ntico al que Ely cometi¨® sobre Baptistao en el 69¡¯, dentro del ¨¢rea, con la diferencia de que Gonz¨¢lez Fuertes ah¨ª no vio ni amarilla, ni penalti ni el leve aleteo de una mariposa. No hab¨ªa resultado el cl¨¢sico plan A de Quique, con la alineaci¨®n m¨¢s recurrente, como tampoco el acelerado plan B, que con diez eso s¨ª rem¨® m¨¢s que con 11: Naldo y Fuego de centrales, David L¨®pez a la diestra, Aar¨®n m¨¢s avanzado, con Piatti cambiado de banda y Jurado por dentro. Y entraron Melendo y Sergio Garc¨ªa, quien pese a todo tuvo el 1-1 en el 92¡¯.?