Messi solt¨® en Quito la sombra de Maradona

A Messi le ha costado convencer a Argentina, pero esta vez creo que lo ha logrado. Su Selecci¨®n viaj¨® a Quito en condiciones dif¨ªciles. Tres entrenadores en la fase de grupo, cuatro empates consecutivos en casa, o sea, ocho puntos al limbo. Una ¨²ltima oportunidad, en Quito, a 2.800 metros de altitud. Un gol r¨¢pido de los locales, que son fortalezas b¨ªpedas. Con ese gol r¨¢pido de Ecuador, Argentina se ve¨ªa fuera del Mundial, cosa que no le ocurr¨ªa desde 1970, cuando aquel empate 2-2 ante Per¨² en la Bombonera. Aquella era una buena generaci¨®n, con gente grande como Cejas, Perfumo, Marzolini, Yazalde, Pinino Mas... Quedaron malditos.

Ese recuerdo tortur¨® a los argentinos hasta que Messi tom¨® el problema de su cuenta y marc¨® tres goles con esa facilidad tan suya. Salv¨® el trance y, de una vez, dio el zapatazo que toda Argentina (o no toda) estaba esperando. El de Quito fue el primer gran d¨ªa de Messi con Argentina. La primera vez? que de verdad ¡®parti¨® la pana¡¯.? Hasta ahora no hab¨ªa sido con Argentina el mismo que en el Bar?a. Cuando aquella excelencia, cuando aquel grupo perfecto movido por Xavi e Iniesta, pod¨ªa pensarse que esa era la explicaci¨®n. Pero el Bar?a ya no es tanto y Messi la rompe ah¨ª. ?Y en Argentina por qu¨¦ no la romp¨ªa hasta anteayer?

La ¨²nica explicaci¨®n es que quiz¨¢ se sintiera repelido por algunos. Lo apunt¨® Kempes hace poco, cuando dijo que los maradonistas radicales ver¨ªan bien una ca¨ªda de la Argentina de Messi. A Maradona se le quiso tanto all¨ª, se le quiere tanto a¨²n, que en Messi ven muchos un usurpador. Peque?o, zurdo, melenudo, ¡®diez¡¯... Pero criado en Europa . ¡°Es como el hijo que te aparece con los dieciocho a?os cumplidos, no se le puede querer igual¡±, me dijo con sencilla lucidez un amigo argentino. Espero que con su trueno en Quito haya revertido su situaci¨®n. Ayer, Ol¨¦ hizo un titular que vale m¨¢s que todo este art¨ªculo: ¡°Messi es argentino¡±.