La nueva Laver Cup ha eclipsado el mundo del tenis
Gust¨® mucho el experimento de la Laver Cup. Un deporte con competiciones en los cinco continentes, grandes estrellas y muy permeable a los cambios en los ¨²ltimos tiempos (ojo de halc¨®n, s¨²per tiebreak...), bien merec¨ªa un torneo as¨ª, con permiso de la maltrecha Copa Davis.
Todo result¨® especial y atractivo: el cartel de tenistas de ambos equipos (Europa y Mundo) a pesar de las notables ausencias por lesi¨®n, el lustre de los propios capitanes (Borg y McEnroe), el formato de competici¨®n, su peculiar puntuaci¨®n, la magn¨ªfica puesta en escena en el O2 Arena de Praga, la espectacular pista gris ceniza, el compromiso y el ambiente de los propios jugadores y una realizaci¨®n televisiva diferente y audaz (tanto por las c¨¢maras de red como por la transmisi¨®n de las conversaciones de banquillos en los descansos).
Para colmo la Copa Laver hizo realidad un sue?o de muchos amantes del tenis: ver jugar en pareja a Nadal y Federer, los dos gigantes de la raqueta de todos los tiempos. Un invento feliz que acab¨® en apretada victoria y confirm¨® que la disciplina del dobles es un arte totalmente diferente. Y lo m¨¢s importante, tuvo emoci¨®n e incertidumbre hasta el ¨²ltimo suspiro, con la apurada victoria final de Federer ante Kyrgios para evitar una remontada que parec¨ªa cantada. El grito desesperado del suizo, inspirador de la competici¨®n, su abrazo con Rafa Nadal y el resto del equipo azul, as¨ª como las l¨¢grimas de Kyrgios, evidenciaron la verdad y el valor del nuevo torneo.
La te¨®rica diferencia de nivel entre ambos equipos qued¨® compensada por las notables bajas del equipo europeo (Djokovic, Murray, Wawrinka...), el acierto de McEnroe seleccionando sus piezas y una pista ideal para los grandes ca?oneros americanos y australianos... En definitiva, la Laver Cup es ya una gota de aire fresco en el apretado calendario ATP e ITF. Un gran show que en su debut ya se ha ganado un puesto de titular indiscutible en el calendario y entre los aficionados, al nivel de los cuatro Grand Slams, el ATP Finals y la mism¨ªsima Copa Davis, a la que nunca deber¨ªa fagocitar. 'The rocket' no merec¨ªa menos.