La oportunidad de Per¨² m¨¢s all¨¢ de Rusia
Tras la eliminaci¨®n de Per¨² de la Copa del Mundo Francia 98 por diferencia de gol, la selecci¨®n peruana, 20 a?os despu¨¦s, vuelve a afrontar una posibilidad de volver a las justas mundialistas a las que no asiste desde Espa?a 82.
?Qu¨¦ pas¨® en el camino? ?Por qu¨¦ el declive tan profundo que sobrevino despu¨¦s de aquella generaci¨®n que en sus ¨²ltimos a?os qued¨® fuera de M¨¦xico 86?
En una visi¨®n muy cortoplacista, se ha solido culpar a dirigentes y a entrenadores que se sucedieron en cada proceso desde aquellos tiempos. Como si hubiera que elegir cada vez un culpable para decapitarlo y satisfacer el deseo de que alguien caiga.
En Per¨² qued¨® instalada la idea de que aquella generaci¨®n nos hab¨ªa dado per secula seculorum, el derecho a seguir siendo competitivos. No se aprendi¨® nada de asistir a las citas de los a?os 70, 78 y 82. No se tom¨® ejemplos, no se copi¨® procedimientos, no se sembr¨® y como consecuencia l¨®gica, se dej¨® de cosechar futbolistas preparados para una alta competencia cada vez m¨¢s exigente. Y las consecuencias llegaron de forma natural: eliminaciones sucesivas, desorden, caos en el f¨²tbol dom¨¦stico y frustraci¨®n en una prensa y afici¨®n desbordadas en ansiedad y frustraci¨®n y poco proclives al an¨¢lisis.
Luego de la Copa Am¨¦rica de Paraguay 99, Oblitas, cansado de la cr¨ªtica despiadada e insultante a pesar de haberle devuelto a la blanquirroja alg¨²n grado de competitividad, dej¨® el cargo y de all¨ª en m¨¢s se perdi¨® la poca perspectiva que el ex puntero izquierdo hab¨ªa recuperado y se dio paso a la b¨²squeda del "mago" que mueva la varita y nos haga ganadores.
Lleg¨® el colombiano Maturana, pedido por casi todos, pero tras malos resultados, asumi¨® Uribe sin suceso. Terminada la eliminatoria a K-J 2002, el brasile?o Paulo Autuori, campe¨®n en Per¨² con Cristal y Alianza fue elegido casi por aclamaci¨®n para llevarnos a Alemania 2006. Autuori puso a Per¨² a 3 puntos del ansiado quinto lugar pero motivaciones pol¨ªticas azuzadas por buena parte de la prensa, generaron su salida y - como no, si estaba de moda - se eligi¨® a Freddy Ternero, campe¨®n de la Copa Sudamericana con Cienciano para que dirija las ¨²ltimas fechas y opere un milagro que, por supuesto, nunca lleg¨®. Tras ello, nuevamente Uribe, Chemo del Solar, Franco Navarro, Sergio Markari¨¢n, Pablo Bengoechea se sucedieron como el Aladino de turno, que deb¨ªa frotar la l¨¢mpara y dejar salir al genial f¨²tbol peruano que con todo derecho ten¨ªa - s¨ª, as¨ª de imperativo, como si se tratara de clasificar por decreto - que llevarnos al mundial de turno.
La afici¨®n, por supuesto, pas¨® de sus desmedidas expectativas a hondas frustraciones y la obsesi¨®n por ir al mundial secuestr¨® a todos.
Como si Per¨², por aquella d¨¦cada y media con 3 presencias mundialistas, tuviera el derecho a todo. Algo as¨ª como pensar que por Puskas y Kocsis, Hungr¨ªa ten¨ªa derecho a estar siempre en todos los torneos y en los primeros lugares.
Se ignor¨® los buenos ejemplos de nuestro vecindario. La gran tarea de formaci¨®n en Colombia y Ecuador, la s¨®lida estructura de Brasil, Argentina y Uruguay y hasta la coherencia que tuvo Chile para sostener la idea revolucionaria de Bielsa.
Per¨², por d¨¦cadas ha equivocado el camino. Se fij¨® en el mundial como punto de partida y no como consecuencia de hacer las cosas bien, para hacerse competitivo y merecer estar en la ¨¦lite mundial. Olvid¨® que el f¨²tbol es un juego colectivo y que solo con tiempo, pruebas, errores y enmiendas, se puede lograr automatismos y crecer. Por a?os, Per¨² tuvo a Per¨² como su rival m¨¢s encarnizado.
?Se solucion¨® todo en este camino hacia Rusia? Evidentemente no. Por ello es mayor a¨²n el m¨¦rito de Gareca.
Consigui¨® recuperar una identidad perdida. Un modelo de juego que el futbolista peruano siente y que le dio sus mayores satisfacciones. Y lo hizo desde el convencimiento, desde la coherencia para elegir jugadores sin gran cartel que encajaran en su idea de funcionamiento y a los cuales les cambi¨® la concepci¨®n de lo que significa asumir el compromiso de integrar el representativo de todos. Sutilmente tom¨® decisiones duras, prescindi¨® de nombres pomposos, pero ineficaces y se enfoc¨® junto a su comando t¨¦cnico en conformar un grupo s¨®lido y con un car¨¢cter que fue labrando hasta darle otro grado de convicci¨®n. Y con la fortaleza de ese grupo, su minuciosidad para estudiar cada situaci¨®n y su serenidad habitual para las decisiones trascendentes, Gareca, sugerido desde el inicio y respaldado tambi¨¦n en los momentos m¨¢s dif¨ªciles, al inicio de este largo camino, por Oblitas, ha puesto a Per¨² en una instancia insospechada.
?Se resuelve todo si va Per¨² a Rusia? Ni de lejos. A¨²n as¨ª, la actual gesti¨®n de la FPF, viene tomando decisiones que pueden extender el entusiasmo de este presente.
Se ha implementado el sistema de licencias de FIFA para levantar la valla de la infraestructura con que cuente cada club, de la formaci¨®n de base, los torneos de menores y la creaci¨®n de una Unidad T¨¦cnica que encabeza Daniel Ahmed y que debe canalizar los talentos que surjan en todo el pa¨ªs hacia el profesionalismo y la alta competencia. Problemas de entre casa que hace a?os son el ancla que frenan cualquier posible avance. Sosteniendo estas medidas, exigiendo de forma implacable que se cumplan y d¨¢ndoles permanencia en el tiempo, es posible que este sorpresivo momento, deje de ser tan sorpresivo y se convierta en habitual.
Es as¨ª como marchan en l¨ªneas paralelas, el trabajo de Gareca en la selecci¨®n absoluta y la mejora de la siembra que por muchos a?os quedo de lado.
En este contexto, suceda lo que suceda ante Argentina y Colombia, vaya o no Per¨² al mundial, es imprescindible que se tomen las lecciones del pasado y se decida mejor.
Ricardo Gareca y su equipo deben seguir al frente de la selecci¨®n peruana por cuatro a?os m¨¢s. Para consolidar su tarea, para fijar los cimientos de un crecimiento sostenido y para por fin dejar atr¨¢s esa perniciosa costumbre de cambiar y cambiar de tim¨®n ante malos resultados de corto plazo. Es una gran oportunidad. Ojal¨¢ se sepa aprovechar sin titubeos, diga lo que diga una prensa que debe inclinarse m¨¢s hacia el an¨¢lisis y sea cual sea el sentir de una afici¨®n que a¨²n tiene que entender que nada se gana por decreto.