El sill車n caliente de la ACB
A finales de julio, durante el serial dedicado a Barcelona 92, escrib赤 una columna sobre el &Angolazo*. En las fechas previas a aquellos Juegos, la ACB andaba en conflicto con los jugadores por la incorporaci車n del tercer extranjero. Han pasado 25 a?os y andamos en las mismas. Los culebrones del patronato de clubes eclipsan el Eurobasket o cualquier otra informaci車n de este bello deporte que es el baloncesto. En lugar de debatir sobre las prestaciones de la Selecci車n en el partido de este mi谷rcoles frente a B谷lgica o del viernes ante Lituania, tenemos sobre la mesa la dimisi車n de Francisco Roca y su sucesi車n. Una noticia, por cierto, adelantada ya el s芍bado en AS por Juan Jim谷nez. Roca se va tres a?os y tres meses despu谷s de su llegada al cargo, desbordado y sin pr芍cticamente apoyos en la propia ACB.
Roca incomod車 a Endesa cuando supo de sus infidelidades con Movistar; perdi車 la confianza de los cuatros grandes (Real Madrid, Barcelona, Baskonia y Unicaja), que se levantaron en rebeld赤a y miran con ojos coquetos a la Euroliga; no pudo aprobar la reducci車n a 16 equipos y, para colmo, la Asamblea vot車 9-7 por la readmisi車n del Betis. Ahora suena Jordi Villacampa como reemplazo, un m赤tico jugador que, como gestor, llev車 al Joventut al borde de la desaparici車n con una deuda de 11 millones, que rebaj車 a 2,5 antes de dejar el cargo, gracias sobre todo a la benevolencia del Ayuntamiento de Badalona. No parece el mejor candidato para un sill車n caliente. Quien venga, porque alguien vendr芍, deber赤a empezar por redefinir cu芍l es el sitio real de la ACB. La burbuja no se puede hinchar m芍s.