No venden, pero ganan y divierten
Hace dos veranos, Rafa Ben¨ªtez, reci¨¦n contratado para dirigir al Real Madrid, pidi¨® a Florentino P¨¦rez el fichaje de Kovacic, un jugador de gran potencial desde su etapa juvenil, pero irregular en su desempe?o. Ben¨ªtez le conoc¨ªa bien y ten¨ªa una excelente opini¨®n del croata. El presidente accedi¨® despu¨¦s de la magn¨ªfica actuaci¨®n de Kovacic en un amistoso Real Madrid-Inter. ¡°Ya tienes a Kovacic, pero recuerda que no vende una camiseta¡±, le dijo al t¨¦cnico.
Adem¨¢s de Kovacic, en aquel verano llegaron Casemiro, Lucas V¨¢zquez y Kiko Casilla, todos de regreso al equipo despu¨¦s de confirmarse en el Oporto y el Espanyol. Meses antes, el Oporto y el Madrid acordaron el traspaso del lateral brasile?o Danilo. En t¨¦rminos de mercadotecnia, fue un verano de perfil muy bajo.
Esos jugadores no venden, pero saben ganar partidos. Kovacic y Lucas V¨¢zquez fueron titulares en la vuelta de la Supercopa. Casemiro es un basti¨®n del equipo. Carvajal, por cuyo regreso el Madrid pag¨® siete millones de euros al Bayer Leverkusen en 2014, se impuso con rapidez a Danilo. Nacho, uno de los defensas m¨¢s vers¨¢tiles del f¨²tbol espa?ol, se ha instalado en la plantilla con una firmeza que le permite acudir con regularidad a la Selecci¨®n espa?ola.
Sabemos que Asensio es una estrella, pero casi nadie lo sospechaba cuando el Madrid pag¨® cuatro millones de euros al Mallorca por su fichaje. Muchos a?os antes, en 2002, Florentino P¨¦rez descart¨® el fichaje de Kak¨¢, 21 a?os entonces. ¡°Lo ficharemos cuando tenga 27 a?os y haya ganado el Bal¨®n de Oro¡±, sentenci¨®. As¨ª fue. En 2009, el Madrid pag¨® 70 millones de euros por el jugador brasile?o. Vend¨ªa toneladas de camisetas.
Al Madrid no le faltan celebridades mundiales, con Cristiano Ronaldo a la cabeza de un grupo en el que tambi¨¦n figuran Sergio Ramos y Gareth Bale, cuya popularidad ha descendido entre los aficionados, pero no en el Reino Unido y el universo anglosaj¨®n. Sin embargo, el Madrid actual no est¨¢ definido por el fulgor de sus estrellas, como en la era gal¨¢ctica o en el trienio de Mourinho, donde el entrenador era noticia cotidiana en el mundo, y no siempre por sus ¨¦xitos.
En marzo de 2004, un alto dirigente del Real Madrid, comentaba en las v¨ªsperas del partido con el Bayern, que el club hab¨ªa acabado con el efecto hist¨®rico de los resultados. ¡°El resultado ya no es un factor cr¨ªtico para el Madrid¡±, afirm¨®, convencido de un nuevo orden de valores: primero la exuberancia del negocio, despu¨¦s lo prosaico de los resultados. Dos a?os despu¨¦s, en febrero de 2006, Florentino P¨¦rez dimiti¨®, sometido a una presi¨®n que le result¨® insoportable. El Madrid jugaba mal y no hab¨ªa ganado un t¨ªtulo en dos a?os. A la gente le importaba, y siempre le importar¨¢ en primer¨ªsimo lugar, disfrutar con el equipo, no con el balance de ventas comerciales.