Las canallas lesiones
He visto al hombre m¨¢s r¨¢pido que ha existido jam¨¢s caer desplomado en los, literalmente, ¨²ltimos metros de su carrera profesional. Su musculatura, ese prodigio que ha asombrado al mundo desde Pek¨ªn 2008, se dio el capricho de decir basta unos segundos antes de cuando hab¨ªa decidido el cerebro que la gobierna. El f¨ªsico vuelve a dejar bien claro qui¨¦n tiene la sart¨¦n por el mango. De esta manera, Usain Bolt no pudo cruzar por ¨²ltima vez la l¨ªnea de meta, la misma que bes¨® arrodillado tras la final de los 100 metros lisos unos d¨ªas antes. Emocionante imagen de gratitud al deporte que le ha dado todo, pero que no fue correspondida por el destino en el d¨ªa su despedida.
Estos d¨ªas tambi¨¦n he visto al mejor jugador FIBA del momento dar un mal paso que le obliga a pasar por una dura rehabilitaci¨®n de m¨¢s de medio a?o. Sergio Llull tiene por delante un desaf¨ªo a la altura del mayor de los t¨ªtulos, pero este en soledad. La lesi¨®n del ligamento cruzado de la rodilla es la m¨¢s desproporcionada respecto al absurdo mecanismo que la provoca.
Sergio Asenjo pelea por superarla por cuarta vez. Si vuelve, como todos deseamos, su despliegue de fortaleza mental le convierte ya en leyenda de nuestro deporte. Que no es f¨¢cil el tr¨¢nsito nos lo record¨® V¨ªctor Vald¨¦s, despu¨¦s de haberlo ganado todo y en plena madurez, sinti¨® el vac¨ªo del ostracismo deportivo alejado de la competici¨®n.
He asistido a una explicaci¨®n de Jos¨¦ Antonio Camacho sobre el privilegio que tuvo por ser de los primeros en esquivar la retirada por esta lesi¨®n, con sesiones diarias tras el entrenamiento para ganar flexibilidad, ante las inconscientes guasas de la jovenc¨ªsima Quinta del Buitre. El propio Michel reconoc¨ªa en la misma sobremesa que el ejemplo del abuelo le sirvi¨® a?os despu¨¦s para superar la misma convalecencia tras un giro tonto en Anoeta.
El avance en medicina y preparaci¨®n f¨ªsica ha logrado que sea excepcional el caso de un deportista de ¨¦lite vencido por una lesi¨®n. S¨ª puede pasar que las desgracias f¨ªsicas y la reiteraci¨®n se ceben con alguno haci¨¦ndolo claudicar o truncar una carrera prometedora. As¨ª nos perdimos la zurda de ?lvaro Benito o la esquiadora Mar¨ªa Jos¨¦ Rienda no pudo llevar la bandera de Espa?a tan alto como merec¨ªa. Valgan estos ejemplos al azar para representar a toda esa larga lista.
He asistido a una rutina extra?a pero significativa. Un futbolista que antes de saltar al campo lo ¨²ltimo que hac¨ªa era despedirse frente al espejo de su imagen actual. Dec¨ªa adi¨®s a sus cejas, a sus p¨®mulos, a su nariz¡ Era la manera de decirse a s¨ª mismo que lo iba a dar todo, por encima de su integridad f¨ªsica. As¨ª, era habitual verle yendo al choque siempre sin miramientos. Capaz de meter la cabeza en un horno encendido si con ello salvaba un gol en contra o marcaba el de la victoria.
Porque he visto morir a Ayrton Senna en el c¨¦nit de su carrera, es todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de asimilar la reciente p¨¦rdida de ?ngel Nieto. Tras correr entre farolas, a m¨¢s de 200 km/h, con motos que ahora nos parecen de juguete, encuentra el final en un absurdo accidente de quad. Parecida sensaci¨®n despierta lo sucedido con Michael Schumacher, que ni sabemos si est¨¢ m¨¢s cerca de nosotros que de ?ngel Nieto tras una ca¨ªda menor esquiando.
La imagen de Bolt, lanzando coces como un caballo que maldice ser domado por el destino, nos recuerda que todo en la vida, y, por tanto, tambi¨¦n el deporte, es imprevisible. Y que absolutamente nadie es inmune a las desgracias y los contratiempos. La paradoja es que, precisamente por existir el lado oscuro, la vida es maravillosa. Porque da valor a todo lo que tenemos y conseguimos.
Carlos Matallanas es periodista, padece ELA y ha escrito este art¨ªculo con las pupilas.