Conchita impulsa a Garbi?e
La Gala de AS del pasado jueves me permiti¨® admirar, de cerca y en silencio, a muchos iconos de nuestra historia ol¨ªmpica. Y hasta confieso que le ped¨ª una foto a Epi. Con especial devoci¨®n salud¨¦ a Miriam Blasco y a Theresa Zabell, a Mercedes Coghen y a Teresa Motos... Todas ellas, mujeres. Todas ellas, medallistas en Barcelona 1992, pioneras e impulsoras de este auge del deporte femenino que se vive en Espa?a. Este s¨¢bado hemos tenido varios ejemplos m¨¢s. Por la ma?ana, en Budapest, Ona Carbonell se colg¨® la plata en sincro: es su 21? medalla en?Mundiales y Juegos, lleva diez a?os en el podio. Por la tarde, en Londres, la apoteosis: Garbi?e Muguruza rein¨® en Wimbledon, su segundo Grand Slam. La guinda lleg¨® en Nairobi: Mar¨ªa Vicente, de 16 a?os, campeona del mundo juvenil de heptatl¨®n. Tambi¨¦n hay futuro.
Me voy a parar un poco m¨¢s en el tenis, en esa fotograf¨ªa que surgi¨® tras la victoria: el abrazo entre Garbi?e Muguruza y su eventual entrenadora Conchita Mart¨ªnez. La aragonesa era, hasta ahora, la ¨²nica espa?ola que se hab¨ªa coronado en la hierba inglesa, en 1994. Otra pionera, otra impulsora, otro espejo. Las finales de ambas tienen ciertos paralelismos casuales. Conchita, a los 22 a?os, bati¨® a Martina Navratilova, de 37, que ten¨ªa nueve t¨ªtulos en Wimbledon. Garbi?e, a los 23, ha dominado a Venus Williams, tambi¨¦n de 37, que ha ganado cinco veces aqu¨ª. Dos rivales con un palmar¨¦s para echarse a temblar. Pero la deportista espa?ola compite sin complejos, no se encoge ante nadie ni ante nada. A su joven edad, Muguruza ya ha jugado tres finales de Grand Slam y ha ganado dos. El mundo es suyo.