Espa?a, conjunto disjunto
Espa?a cerr¨® con buena nota el Europeo Sub-21, pero manifest¨® todos sus defectos en la final. Alemania se encarg¨® de desactivar lo mejor del equipo espa?ol. Le mantuvo muy lejos de su ¨¢rea, impidi¨® la salida del juego con una presi¨®n alta, firme y ordenada, cometi¨® todas las faltas necesarias en el medio campo cuando los espa?oles lograban atravesar el campo de minas alem¨¢n y evit¨® que los mejores pies distribuyeran el juego. Fue sintom¨¢tico el espacio que dejaron a Jonny para mover la pelota. Le flotaron con descaro, pero Espa?a no encontr¨® una alternativa a la emboscada de Alemania al lateral del Celta, el jugador con menos recursos t¨¦cnicos en el equipo de Celades.
Alemania confirm¨® que es un excelente equipo, aunque probablemente con peores jugadores que Espa?a. Tuvo estructura, decisi¨®n y empaque. En el primer tiempo gan¨® claramente a Espa?a en la posesi¨®n de la pelota, fundamental para ¨¦sta y todas las selecciones alemanas de los ¨²ltimos 10 a?os. Aprendieron de Espa?a y no olvidan. En cambio, nuestra selecci¨®n no hizo nada por jugar y protegerse con el bal¨®n. Se refugi¨® en su campo, especul¨® con el contragolpe y se encontr¨® con todas las l¨ªneas desconectadas.
Espa?a pudo hacer con Alemania lo que rindi¨® tantos beneficios a los alemanes. Nunca presion¨® a sus defensas, que se instalaron en el primer tiempo m¨¢s cerca del medio campo que de su estupendo portero. Como sucedi¨® ante Macedonia y Portugal, la respuesta defensiva de Espa?a fue deficiente. Se solucionaron los partidos por los tremendos recursos individuales de unos jugadores que son mejores uno por uno que colectivamente. En este aspecto, Celades no logr¨® configurar un equipo s¨®lido. Solo despunt¨® ante Italia.
Espa?a perdi¨® naturalidad con la presencia de Jonny, un lateral estrictamente defensivo. Sus limitados recursos t¨¦cnicos obligaron a retrasarse m¨¢s de la cuenta a Asensio, que en algunas ocasiones lleg¨® a funcionar como medio centro. No era lo m¨¢s conveniente para un equipo cada vez m¨¢s alejado de la porter¨ªa rival, con Sandro abandonado a su suerte y el irritante Deulofeu escenificando la realidad de su largu¨ªsima trayectoria en los Sub- 21: cada a?o ha jugado peor que el anterior.
El partido record¨® en sus peores aspectos al de Portugal. Los centrales se vieron superados por los acontecimientos. Ni se impusieron en el cap¨ªtulo defensivo, ni solucionaron los problemas en el gobierno del bal¨®n. Al contrario, tanto a Mer¨¦ como a Vallejo les falt¨® destreza. Son dos de los jugadores m¨¢s j¨®venes del equipo --les queda un ciclo m¨¢s con la Sub-21-- y disponen de un par de a?os para paliar sus problemas.
Nada es m¨¢s singular en el equipo que su l¨ªnea de centrocampistas. Uno por uno --Llorente, Ceballos y Sa¨²l-- impresionan por sus distintas cualidades. Llorente es un atleta, Sa¨²l es un jugador para las dos ¨¢reas y Ceballos se distingue por su creativa hiperactividad. Podr¨ªa interpretarse como una suma perfecta, pero no ha ocurrido as¨ª en la mayor¨ªa de los partidos. Han destacado m¨¢s por sus aportaciones individuales que por su conexi¨®n en el medio campo, el factor que suele resultar diferencial con respecto al resto de selecciones.
La hegemon¨ªa de Alemania en el medio campo, con las l¨ªneas muy juntas y mucha gente alrededor del bal¨®n, se?al¨® una carencia de Espa?a que quiz¨¢ requer¨ªa una soluci¨®n sencilla: un centrocampista m¨¢s. Vista la confusi¨®n de Deulofeu durante el torneo --le mantuvieron los galones, no su rendimiento--, Celades dispon¨ªa de centrocampistas como Soler --un proyecto de excelente futbolista-- o Denis Su¨¢rez para responder a la compacta propuesta alemana.
El peso del gol alem¨¢n y la sustituci¨®n de Jonny por Gay¨¤ cambiaron el paisaje del partido, aunque no de modo sustancial. Espa?a siempre se encontr¨® con dificultades para atravesar las l¨ªneas alemanas. El partido se equilibr¨® y manifest¨® que Espa?a ten¨ªa el potencial suficiente para mirar de frente a un excelente equipo, cuya principal ventaja fue la convicci¨®n en sus ideas y la decisi¨®n para ejecutarlas. A Espa?a le ocurri¨® lo contrario: se refugi¨®, especul¨®, eligi¨® las medidas inconvenientes y perdi¨®.