?Bravo Chile!
Todos imagin¨¢bamos que Cristiano podr¨ªa ponerse la capa de h¨¦roe como en la final de Mil¨¢n lanzando el penalti decisivo, el quinto, pero por ah¨ª irrumpi¨® Claudio Bravo para vestirse de Duckadam. El rumano fue un portero que alumbr¨® mi juventud despu¨¦s de que en la final de la Copa de Europa de 1986, jugada en Sevilla, le parase cuatro penaltis al Bar?a firmando la p¨¢gina m¨¢s gloriosa de la historia del Steaua.
Bravo entr¨® en la tanda de penaltis con una confianza brutal. Se le notaba en la cara. Bailaba como Grobelaar en el Ol¨ªmpico de Roma en aquella final en la que el Liverpool gan¨® en los penaltis gracias a que su portero sudafricano se hac¨ªa el borracho antes de cada lanzamiento. As¨ª hasta lograr que Nela, por ejemplo, mandara su lanzamiento a las nubes por la rabia con la que lo tir¨®¡ Artima?as de portero astuto, veterano y ganador. Bravo ya le gan¨® a Argentina dos tandas de penaltis. Especializado en la materia el arquero del City.
Y fue un final justo. En un partido tedioso y aburrido hasta decir basta, en el ¡®extra-time¡¯ los chilenos echaron fuego sobre el portal de Rui Patricio, que se encontr¨® con los postes como aliados en una jugada que se hubiera recordado en Chile como una pesadilla en caso de haber tenido los penaltis otros desenlace. Adem¨¢s, a Silva le hicieron un penalti clamoroso que el iran¨ª Faghani obvi¨® hasta el punto de olvidarse que ahora existe el VAR. En las redes sociales bromeaban: ¡°Le habr¨¢ pillado en el bar¡¡±.
Una pena porque su arbitraje hab¨ªa sido impecable hasta ese momento. Cristiano dej¨® destellos de su calidad, pero los chilenos le apretaron y apenas tuvo opciones durante el partido. Ahora que Portugal le ha dado permiso para abandonar la concentraci¨®n, ya no tiene presi¨®n. El madridismo espera un gesto, un gui?o, una simple frase que acabe con un culebr¨®n que empez¨® en A Bola y ha seguido cogiendo dimensiones colosales en la tierra de Putin. Cristiano, ahora te toca hablar fuera del campo. Ya.