Valverde y los 'hijos' de Cruyff
Pod¨ªa haberlo reescrito ahora que est¨¢ de actualidad. Pero la esencia de este art¨ªculo,?publicado el 28 de enero de 2014 en el blog de AS sobre entrenadores M¨ªster Pentland, sigue teniendo vigencia. Prefer¨ªa compartirlo que retocarlo. Hay cosas que no cambian. Sandro Rosell sigue metido en l¨ªos, el legado de Johan Cruyff, fallecido desgraciadamente en este tiempo, est¨¢ m¨¢s vivo que nunca y Valverde vuelve a casa despu¨¦s de una excelente trayectoria en el Athletic. Aquellas l¨ªneas que hablaban de unos alumnos y de su maestro cobran m¨¢s sentido que nunca esta tarde.
Dec¨ªa as¨ª:
Sandro Rosell ha vuelto a poner patas arriba al Barcelona. De c¨¦sped hacia afuera, claro, porque este gran equipo no tiene pinta de dimitir. De nuevo, como cada vez que se mueve el sill¨®n presidencial, la sombra de Cruyff planea para volver al honor¨ªfico lugar del que nunca debi¨® salir. Su importancia no ha disminuido con el tiempo. El mito va camino de leyenda. Repasando su obra, es de entender. Como jugador marc¨® una ¨¦poca. Como entrenador cambi¨® la mentalidad general e inculc¨® el f¨²tbol moderno que hoy busca la excelencia en el Camp Nou. Sin embargo, su aportaci¨®n m¨¢s importante, por compleja y masiva, se ve en la capacidad de contagio que tuvieron sus m¨¦todos en sus plantillas. Hasta 37 de los jugadores que pasaron por sus manos en el Bar?a fueron despu¨¦s t¨¦cnicos. Su librillo les anim¨®. Era casi el evangelio.
La llegada de Cruyff al banquillo del Bar?a en la temporada 1988-89 supuso una revoluci¨®n. Quiz¨¢s por eso, 11 futbolistas de aquella plantilla se animaron despu¨¦s a entrenar y otros tres a coordinar (Amor, Begiristain y Zubizarreta). De una plantilla de 24, m¨¢s de la mitad cambi¨® el bal¨®n por la pizarra. Todo un logro. Casi una proeza. Alesanko, Bakero, el Lobo Carrasco, Eusebio, Serer, Milla, Roberto, Roura, Sergi, Unz¨²e y Valverde quedaron prendados con su filosof¨ªa. As¨ª lo explicaba hace poco en El Pa¨ªs Roberto, fino centrocampista y luego preparador del Mestalla, C¨®rdoba, Orihuela y Alzira: ¡°Johan cambi¨® la historia del f¨²tbol. Por su alegr¨ªa para transformar el f¨²tbol moderno de ataque¡±. El resto, integrado por aquellos que prefirieron otra profesi¨®n tras su retirada, era minor¨ªa. Romerito, por ejemplo, prefiri¨® cantar rock y disertar sobre pol¨ªtica.
Una influencia tan evidente jam¨¢s se ha vuelto a repetir. Por comparar, y sin ¨¢nimo de molestar, entiendan que el gran Madrid de aquella temporada 88-89 dirigido por Leo Beenhakker dio bastantes menos t¨¦cnicos: Buyo, Hugo S¨¢nchez, Camacho, Maqueda, M¨ªchel y Schuster. Porque Butrague?o es casi m¨¢s un directivo. En Barcelona se estaba gestando una escuela dif¨ªcil de entender y copiar fuera. Por eso 46 jugadores del Bar?a han sido entrenadores desde 1988 (26 en el Madrid). La semilla de Cruyff germin¨® con una fuerza insuperable en los ocho a?os en las que dirigi¨® al Bar?a. Sus disc¨ªpulos van desde Guardiola a Koeman pasando por Stoitchov. La prueba es que desde que el Flaco se apart¨® en 1996, apenas media docena de nuevos futbolistas con los que ¨¦l no coincidi¨® se decidieron a empezar una etapa en el banquillo. Igual Robson, Serra Ferrer o Antic ya no contagiaban tanto. ?nicamente Blanc, Pizzi, los de Boer, Pellegrino, Kluivert, Cocu, Litmanen y Gerard se animaron a entrenar. Casi tan pocos dieron un paso al frente como en el Madrid contempor¨¢neo a esas plantillas. Antes muchos quer¨ªan ser Cruyff. Luego nadie impresion¨® hasta el punto de querer imitarle. Ahora habr¨¢ que esperar a las pr¨®ximas retiradas de nuestros internacionales para ver cu¨¢ntos quieren ser como Del Bosque o Pep. Que los habr¨¢.
Lo mejor es que la descendencia del holand¨¦s sigue presente en la Liga. Valverde es su alumno m¨¢s aventajado en Espa?a. Es el que mejores elogios acumula. El ¡®Txingurri¡¯ (hormiga en euskera) es uno de los entrenadores de este campeonato. Quiz¨¢s no sea coincidencia que Cruyff ya hablara maravillas de ¨¦l en su libro Mis futbolistas y yo. Y eso que en los dos a?os en los que le dirigi¨® tras ficharlo del Espanyol no pudo explotar por las lesiones (542 minutos y dos goles en Liga en la 88-89 y 640¡¯ y seis goles en la 89-90): ¡°Era un excelente delantero al que s¨®lo le fallaba su mentalidad. Ten¨ªa calidad, pero no pudo ofrecer el rendimiento que le hubiera gustado. Las lesiones tambi¨¦n influyeron. Era muy inteligente y siempre me transmiti¨® su inter¨¦s por aprender. Como entrenador ser¨¢ de los m¨¢s prometedores¡±.
Valverde qued¨® tocado por el 3-4-3 y sus variantes. Aprendi¨® a observar como no hab¨ªa hecho antes. De ah¨ª que ahora su mayor hobbie sea la fotograf¨ªa, donde tan importante es mirar como inmortalizar. Estudi¨® este arte en el Institut d'Estudis Fotogr¨¤fics de Catalunya (IEFC). Tras pasar por Espanyol, Villarreal, Olympiacos y Valencia, Bilbao vuelve a sonre¨ªr gracias a un entrenador que tambi¨¦n aprendi¨® lo suyo de Jupp Keynckes. Es el ¨²ltimo gran servicio de Cruyff (recuerdo que este texto es pasado y al holand¨¦s se lo llev¨® una maldita enfermedad). La comodidad, su salud y el miedo cr¨®nico a ensuciar un curr¨ªculum inmaculado llevaron a Johan al retiro indefinido para desesperaci¨®n de sus fans. A preferir el golf y la cr¨ªtica desde lo alto, all¨¢ en su p¨²lpito. Bartomeu podr¨ªa recuperarle para el palco (que no lo hizo), pero nadie le convencer¨¢ ya para el pasto. Una l¨¢stima. Habr¨¢ que seguir disfrutando de su legado.
Eso no hay pala que lo entierre. Valverde dar¨¢ continuidad desde hoy a su obra en el Barcelona.