A la estela del mejor Indurain
En el espejo retrovisor del Giro de Italia se divisan dos momentazos en las rampas del Santuario de Oropa. Se ve una incre¨ªble remontada de Marco Pantani en 1999, despu¨¦s de haber sufrido una aver¨ªa en plena ascensi¨®n. Seis d¨ªas despu¨¦s fue expulsado de la carrera por tener el hematocrito por las nubes, tambi¨¦n hay que recordarlo. Y se ve el sufrimiento de Miguel Indurain para salvar la maglia rosa ante Piotr Ugrumov en 1993, ya a las puertas de Mil¨¢n. En el ciclismo actual, los mayores parecidos con Pantani e Indurain los encontramos en Nairo Quintana y Tom Dumoulin, dos ciclistas de la quinta de 1990 que este s¨¢bado se retaron en Oropa con un resultado inesperado: el contrarrelojista no s¨®lo neutraliz¨® el ataque del escalador, sino que le remach¨® y gan¨® la etapa.
En este juego de parecidos razonables, tambi¨¦n hay que decir que Indurain nunca hubiera conquistado la etapa aunque le sobraran piernas para ello, porque habr¨ªa cedido ese honor a Zakarin o Landa. Cuesti¨®n de car¨¢cter y de estrategia. Puestos a comparar, en la mirada de Dumoulin tambi¨¦n hay algo de Eddy Merckx. Su golpe en Oropa, m¨¢s all¨¢ de los 24 segundos ara?ados, habr¨¢ tocado la moral y habr¨¢ creado inseguridades en el colombiano para la gran monta?a que se avecina. El neerland¨¦s perdi¨® el pen¨²ltimo d¨ªa la Vuelta a Espa?a 2015 por la candidez de su equipo, pero aquella edici¨®n seguro que le sirvi¨® para aprender que es mucho m¨¢s que un brillante contrarrelojista. Indurain gan¨® su primera grande con 27 a?os reci¨¦n estrenados. Dumoulin los cumplir¨¢ en noviembre. Pues eso.