Para crecer hay que vender
El posible inter¨¦s de grandes clubes en Aar¨®n levant¨® polvareda en el entorno perico, nada acostumbrado a que sus jugadores aparezcan en los titulares. Muchos se ci?eron al mantra, ¡°cl¨¢usula o nada¡±, una postura que flaquea a los primeros envites de cualquier negociaci¨®n. Nadie pagar¨¢ 30 millones por un lateral con 22 partidos en Primera. Todav¨ªa. Seamos realistas: el potencial del chico es descomunal. Es un veterano de 19 a?itos. Pero no les dir¨¦ aquello tan socorrido de ¡°por ese precio lo llevo yo mismo en coche¡± porque Lard¨ªn se lo habr¨ªa llevado cinco minutos antes. Antes de poner en marcha el cuento de la lechera, h¨¢ganse la pregunta de cu¨¢nto pagar¨ªan ustedes por el chico si jugase, por ejemplo, en el M¨¢laga.
Seguimos traumatizados por la reciente ¨¦poca de penuria. Nos quejamos de lo poco que sacamos por Bailly, cierto, pero olvidamos que tambi¨¦n hemos dado alg¨²n buen sablazo, como los 8 kilos de Wakaso. Queremos comprar barato y vender caro. Y adem¨¢s queremos vender a los malos y quedarnos con los mejores. Pero los grandes equipos que son nuestro modelo a seguir han escalado hasta lo que son a base de ventas. Buenas ventas. Para crecer hay que vender. No malvender. Y encontrar el precio justo como hac¨ªa Joaqu¨ªn Prat, es todo un arte.