Undiano cumpli車 la norma; es s車lo una tarjeta amarilla
Criterio populista. No puedo ser el 迆nico cansado de tanto buenismo de postal, de tanto criterio populista o directamente de la falta de criterio. Ser芍 esta generaci車n con el altavoz en las redes, que cada bocazas lleva un amplificador y lo pol赤ticamente correcto se la coge con papel de fumar. ?No vemos la diferencia entre el negocio y la moral? ?Entre el simbolismo y el acto? ?Entre el valor de la norma y el valor de la subversi車n de la norma? Me refiero, como seguro sab谷is, a la 迆ltima pol谷mica por el gesto de Juanmi a Pablo R芍ez. ?Es que Undiano es un malnacido en contra de la donaci車n de m谷dula y la encomiable lucha de Pablo, que realmente ha sido un ejemplo de fortaleza y un movilizador de conciencias? Su muerte nos ha conmocionado a todos. Los homenajes son simbolismo, son necesarios, pero tambi谷n son m迆ltiples. No tienen por qu谷 transgredir la norma, aunque puede que si la transgreden tengan m芍s valor y m芍s visibilidad como en este caso. Y eso tambi谷n est芍 muy bien porque supone que uno asume altruistamente una consecuencia que le repercute directamente de forma negativa en favor de una causa.
Otros homenajes. Todos vimos c車mo Iniesta se acordaba de su gran amigo Jarque. El 迆ltimo que recuerdo es Cavani dedicando su gol a los ca赤dos del Chapecoense en la tragedia a谷rea. Todos ellos y otros tantos sancionados (?somos conscientes de cu芍ntas causas mensuales, personales y colectivas son dignas de ser homenajeadas mensualmente en la Liga, en un pa赤s en el que los adolescentes se suicidan por el acoso escolar, las ancianas mueren incendiadas ante la tiran赤a de las el谷ctricas y d赤a s赤 d赤a no desayunamos con un feminicidio?) mientras todo el periodismo y la opini車n p迆blica arremete contra el hombre y el colectivo que se encargan de cumplir la norma. Que vamos a ver, es una amarilla, no es que le amputen el me?ique.
Asumir la sanci車n. La sanci車n se asume con la valent赤a de una causa justa o se escoge un s赤mbolo inocuo, como otro jugador y un estadio entero llevaron la memoria de Pablo flexionando los brazos en su gesto de fuerza, como hacer la rueda de prensa con la camiseta en cuesti車n, como llamar a los medios cuando acudes a donar y das ejemplo a todos tus seguidores. ?Sabemos que esto es un negocio, verdad? Aqu赤 vemos todos los goles de un partido pero en otras partes del mundo s車lo ven la repetici車n del gol y su celebraci車n. Luego hay uno que est芍 en Indonesia y paga 30 millones por poner su publicidad que no sale en la tele. ?Deleznable? Pues oye, como dir赤a aquella ※viva el mal y viva el capital§. Es lo que es, ver la tele, comprar equipaciones y otros cientos de cosas, esponsorizar un negocio y un espect芍culo, un juego de tronos de los mismos de siempre y vamos nosotros a por el trabajador que, no nos enga?emos, est芍 obligado a ejercer el reglamento. Y lo demonizamos, y confundimos totalmente el discurso, mentando a la moral cuando el asunto tiene m芍s miga que un diploma de bondad. No me imagino las tertulias pol赤ticas yendo a por el personal de seguridad que sacan del Congreso a las activistas que se descamisan por causas igual de justas y urgentes. La verdad, estoy mayor para que me siga sorprendiendo el borreguismo general. Lo bueno es que a迆n me quedan unos a?os para donar m谷dula y salvar vidas.