Paco quiere ser Mourinho
Paco J¨¦mez. Seis jornadas al frente del Cruz Azul y ya puede presumir de haberse convertido en el personaje del momento del f¨²tbol mexicano. O quiz¨¢s lamentarlo. Una victoria (en el estreno), dos derrotas y tres empates en la Liga (14? en la tabla) y una igualada en la Copa le tienen en el punto de mira de los pesimistas y los impacientes. Pero no son precisamente los resultados lo que le a¨²pan en el ruido, tampoco sus coreados triunfos en la posesi¨®n de bal¨®n. Ni siquiera las cr¨ªticas de una hinchada exagerada en el hartazgo. Aspirante a Mourinho, son sus enganchones en los medios los que le reportan celebridad. Paco J¨¦mez se ha cre¨ªdo su personaje desagradable, le gusta, y lo fomenta a la que puede. Una frase destemplada, una entrevista que deja con la palabra en la boca, un grito de soberbia, un intento indisimulado de humillar a su interlocutor. No encuentra en Ciudad de M¨¦xico tanto coro que aplauda como en Espa?a sus arrebatos de mala educaci¨®n, pero igualmente se recrea e insiste. El gui¨®n es el mismo a un lado y otro del Atl¨¢ntico: cree saber el jefe al que conviene agarrarse y el subordinado al que no le lastima rebajar. Cuanto m¨¢s va de mat¨®n, menos se habla de ese f¨²tbol que no llega. La ¨²ltima le toc¨® sufrirla a un periodista de Chile: ¡°?Me tocas los cojones toda la semana para hacerme esta mierda de preguntas? Se acab¨® la entrevista¡±. Y le colg¨®. Y siempre hay quien luego se lo r¨ªe.
Werner. El arquero colchonero del futuro tiene complicado su presente. Axel Werner, 20 a?os, al que el Atl¨¦tico dej¨® fogue¨¢ndose en Argentina tras ficharlo del Atl¨¦tico Rafaela, ha encendido todas las alarmas. Sobre todo de Boca Juniors, donde est¨¢ cedido. Sus cantadas lo tienen en el alambre. La ¨²ltima, en un amistoso ante Aldosivi con derrota 3-1, dio la vuelta al mundo: un pelotazo lejano e inofensivo, el arquero que mide mal el bote y la pelota que le pasa por encima y se aloja en la red. En Buenos Aires, los programas deportivos reclaman el fichaje de un meta con m¨¢s experiencia y en las redes lo empiezan a bautizar como Guerra (porque es peor que Batalla, el joven arquero de River que tambi¨¦n carga con un grueso historial de errores). El duro y descarnado oficio del guardameta.
Santacruz. De vuelta a Paraguay, con 35 a?os, al mismo Olimpia que lo hizo debutar cuando s¨®lo ten¨ªa 15, Roque Santa Cruz sigue con gol y fuerzas. De cabezazo, poco despu¨¦s de saltar al campo para corregir un resultado que lo eliminaba, el ex delantero del M¨¢laga obr¨® un milagro ag¨®nico. Meti¨® a su equipo en la ¨²ltima fase previa de la Copa Libertadores y mand¨® a la lona al Independiente del Valle, que parec¨ªa imbatible. Luego corri¨® como un poseso para festejarlo, con la sonrisa excesiva del que lejos de agotarse m¨¢s bien est¨¢ empezando. Una instituci¨®n del gol que no se acaba.
Borja. El mejor jugador de Am¨¦rica en 2016, el artista del gol en Atl¨¦tico Nacional de Medell¨ªn, se ha convertido en el traspaso m¨¢s caro de la historia del f¨²tbol colombiano. Se lo ha birlado a Europa y a China, el mercado al que parec¨ªa predestinado, el Palmeiras todocampe¨®n de Brasil. Tambi¨¦n ha sido el desembolso m¨¢s alto de la vida del club paulista, que ya lleva este curso fichado lo suyo (Bastos, Felipe Melo, el venezolano Guerra). Pero ninguno ha valido tanto (10,5 millones de d¨®lares por el 70 por ciento de los derechos deportivos del jugador) como Miguel ?ngel Borja, el hombre encargado de suplir a Gabriel Jes¨²s, la joya que se llev¨® el City. El nueve colombiano fue recibido el s¨¢bado a ritmo de samba por centenares de hinchas en el aeropuerto.