Cesare Prandelli¡de Saboya
"Espa?a es un pa¨ªs de locos¡±, chapurre¨® Amadeo de Saboya en castellano antes de dejar el trono espa?ol y volverse a Italia. No es dif¨ªcil de imaginar que casi 150 a?os despu¨¦s su paisano Cesare Prandelli soltase a sus ¨ªntimos una expresi¨®n parecida acerca del Valencia antes de regresar tambi¨¦n por donde hab¨ªa venido. Los dos eran italianos, modernos, reformistas y un punto contraculturales, incapaces de comprender el escenario convulso y cainita en el que hab¨ªan aterrizado.
El monarca italiano fue la opci¨®n del general Prim para ocupar un trono vac¨ªo y modernizar un pa¨ªs a la deriva, sacudido por pronunciamientos, guerras carlistas, luchas din¨¢sticas y facciones en la milicia despu¨¦s de que Isabel II se hubiese tirado a medio generalato. Tras la derrota en la batalla del Puente de Alcolea a la reina no le qued¨® m¨¢s remedio que exiliarse. Lo primero que se encontr¨® su sustituto al desembarcar en Espa?a fue el asesinato en la entonces Calle del Turco de su principal valedor. Mala se?al. Al poco llegaron los desencuentros con sus sucesivos primeros ministros; Zorrilla, Sagasta y Serrano. No dur¨® ni tres a?os en el trono, tiempo escaso para una restauraci¨®n reformista. La espoleta de su renuncia, nunca mejor dicho, fue una revuelta del cuerpo de artilleros en contra de la pol¨ªtica de ascensos. Amadeo de Saboya ya no entend¨ªa nada. Era un rey constitucionalista y progresista en una Espa?a atrasada. Cuando su gobierno le propuso suspender las garant¨ªas constitucionales dijo: ¡°M¨ª, disentir¡±. La siguiente frase ya la pronunci¨® tras abandonar el Palacio Real de Madrid y regresar a su ducado de Aosta: ¡°Espa?a es un pa¨ªs de locos¡±.
Prandelli tambi¨¦n ven¨ªa con ansias de reforma. Para ese fin entend¨ªa que lo hab¨ªan llamado. En Italia apost¨® por un modelo distinto para una selecci¨®n, la Azzurra, que hab¨ªa ca¨ªdo en la vulgaridad y la irrelevancia. Cuando aterriz¨® en Valencia no se encontr¨® con ning¨²n magnicidio pero debi¨® sentir la misma sensaci¨®n de soledad e incomprensi¨®n: un campo a medio construir desde hac¨ªa a?os corro¨ªdo por la herrumbre, un presidente que resid¨ªa en Singapur, su propio valedor, Garc¨ªa Pitarch, conspirando ya en su contra casi desde su llegada... Aqu¨ª la espoleta no fue una revuelta de artilleros sino el v¨ªdeo de un supuesto jugador franquicia retratado mientras beb¨ªa y fumaba de una cachimba en una discoteca a altas horas de la madrugada al tiempo que sus ¡®amigos¡¯ rajaban del m¨ªster. Parec¨ªa un pronunciamiento decimon¨®nico contra la autoridad del monarca en el vestuario. El ¡°fuori, fuori¡± de Prandelli en una rueda de prensa d¨ªas antes de volverse a Italia es muy parecido al ¡°M¨ª, disentir¡± de Amadeo de Saboya.
Los a?os siguientes al frustrado reinado del duque de Aosta fueron a¨²n m¨¢s convulsos; la Primera Rep¨²blica, cuatro presidentes en once meses, los movimientos cantonales, el caballo de Pav¨ªa, la ocupaci¨®n del Congreso... Viendo la goleada del Celta en Mestalla y la protesta en las gradas no es dif¨ªcil imaginar tambi¨¦n tiempos a¨²n m¨¢s revueltos en Valencia a la espera del regreso de otro Arturo Tuz¨®n.