No es un juego de ni?os
Seis y treinta de la ma?ana, Real Madrid y Atl¨¦tico de Madrid coinciden en la sala de embarque del aeropuerto de Barajas. Destino, Tenerife. Les espera la veintiuna edici¨®n del Torneo Promises. A pesar del madrug¨®n, unos y otros andan erguidos, cabeza arriba, buen paso, luciendo escudo en la pechera. Cruzan las miradas, tibia sonrisa, pero no se mezclan. Hay rivalidad hasta para tomar asiento en el 737 de Air Europa: aqu¨ª unos, all¨¢ otros. Impera la cortes¨ªa y los buenos modales, faltar¨ªa m¨¢s, pero saben que en horas se van a medir en la hierba del Puerto de la Cruz. Qu¨¦ bonito es el f¨²tbol, m¨¢s a¨²n con doce a?os reci¨¦n cumplidos.
Ocho de la tarde, hora canaria: el asunto se recrudece. En la arena todos los miuras juntos. Presentaci¨®n oficial del Torneo, desfile de participantes. Son doce equipos, la misma edad, la misma forma de entender la competencia. Casi provoca una tierna sonrisa la tensi¨®n que invade a estos peque?os genios, futuros cracks. El Barcelona, el Sevilla, el PSG, la Juventus...
Uniformados, serios, midi¨¦ndose de reojo mientras hablan Javier Tebas, el alcalde y el presidente del Cabildo. La estampa emociona, tan pibes y tan metidos en su papel, no es un juego de ni?os. El Torneo Promises no va de broma, al contrario, aqu¨ª muchos se juegan su futuro. Hoy empieza a rodar el bal¨®n, nadie deber¨ªa perd¨¦rselo. Va en serio.