El d¨ªa m¨¢s grande de Maxi Rodr¨ªguez
Maxi Rodr¨ªguez. Se hizo futbolista por eso. Dej¨® luego Europa por eso. Por su pasi¨®n por Newell?s, un sentimiento entusiasta e incorregible de hincha. Y cuando ya parec¨ªa que lo ten¨ªa todo jugado y vivido, con 35 a?os, al final de su carrera, Maxi, exfutbolista del Espanyol, del Atl¨¦tico, del Liverpool, se encontr¨® con su momento m¨¢gico, el episodio que justifica su recorrido. Un gol en el ¨²ltimo minuto en cancha ajena que desenred¨® el cl¨¢sico de Rosario. El gol de todos sus goles, que han sido muchos y decisivos. Pero el del domingo en el Gigante de Arroyito no tiene comparaci¨®n. Por eso lo celebr¨® como un poseso. Ocho a?os llevaban los leprosos sin ganar su partido mayor, con cinco empates y cinco derrotas. Y rompieron el maleficio con ese gol de Maxi, muy suyo en el remate, pero muy extra?o en el gui¨®n: la Fiera sac¨® un c¨®rner desde la izquierda al segundo palo, un compa?ero devolvi¨® de cabeza la pelota hacia el otro lado del ¨¢rea y por all¨ª asom¨® de nuevo el excolchonero para conectar un zapatazo con el interior. Ni al mayor de los genios se le habr¨ªa ocurrido en su laboratorio; simplemente surgi¨®. Y permiti¨® que Maxi y los suyos pegaran su grito m¨¢s conmovedor. Por juego no lo merecieron, pero qu¨¦ m¨¢s da. Esa felicidad no se las quita nadie.
Nelson Vivas. Lo ¨²nico que ven por arriba a estas horas Maxi y los hinchas de Newell¡¯s es a Estudiantes de la Plata. Al frente del l¨ªder de la Liga argentina, la grata irrupci¨®n de este a?o, Nelson Vivas, aquel defensa de bota afilada, predilecto de Bielsa en la selecci¨®n argentina, de paso fugaz por el Celta. Otro hijo del Loco, aunque distante de sus principios de riesgo y protagonismo. Con una f¨®rmula m¨¢s conservadora aunque igual de ambiciosa, m¨¢s escuela Simeone (fue su ayudante en Estudiantes y River Plate), m¨¢s propia del Estudiantes de siempre (no olviden que all¨ª se form¨® Bilardo), m¨¢s acorde con las propias caracter¨ªsticas de Vivas en sus tiempos de jugador, sin grandes nombres sobre la cancha en los que fijarse, los Pincharratas dominan sorpresivamente el campeonato. Su ¨²ltimo triunfo, a domicilio ante San Lorenzo, result¨® adem¨¢s una innovaci¨®n: corrigi¨® la t¨¢ctica a ¨²ltima hora junto a su cuerpo t¨¦cnico, con v¨ªdeos y dibujos compartidos, a trav¨¦s del whatsapp.
T¨¦vez. No se sabe c¨®mo le ir¨ªan las cosas al Apache de haber aceptado fichar por el Atl¨¦tico, pero en Boca Juniors ahora no le van nada bien. Su rendimiento est¨¢ siendo cuestionado permanentemente, muy lejos del jugador diferencial que es o deber¨ªa. Y las malas noticias que recibe Boca se cargan sobre su espalda: la eliminaci¨®n en la Libertadores, el gris pasaje por la Liga, sobre todo fuera de casa. Y adem¨¢s el delantero se ha ca¨ªdo de la selecci¨®n. Dej¨® de contar con ¨¦l Martino y Bouza sigue sin tenerlo en cuenta. El tema pinta tan mal que T¨¦vez ya ha deslizado que lo deja. Que en diciembre cuelga las botas. Veremos si el amago de fuga es a lo Messi o real. El caso es que la vigencia de un futbolista de los grandes est¨¢ bajo amenaza.
Carlos Alberto. Y de repente una noticia sacudi¨® Sudam¨¦rica. Falleci¨® Carlos Alberto, el capit¨¢n de la inmortal selecci¨®n de Brasil 70, posiblemente la mejor escuadra de la historia. Ten¨ªa 72 a?os. Durante mucho tiempo, hasta que Maradona dej¨® su obra en M¨¦xico, tambi¨¦n ah¨ª, en la misma porter¨ªa del Azteca, su gol, el ¨²ltimo de la canarinha en la final ante Italia (4-1), fue considerado el mejor de los mundiales. Una combinaci¨®n colectiva que termin¨®, a pase de Pel¨¦, con su maravilloso remate desde una esquina del ¨¢rea. Un lateral derecho de recorrido con alma de delantero. Ahora trabajaba de comentarista. Un ataque al coraz¨®n se lo llev¨®. Se fue una leyenda. Descanse en paz.