Tercer tiempo
El orden se desvanece
El trovador que ha ganado el primer premio Nobel de M¨²sica y Poes¨ªa tiene dicho que el orden siempre retoma el rumbo. Y LaLiga se hab¨ªa desvanecido, como si el viento la hubiera alocado. Desde que empez¨® el curso la competici¨®n vivi¨® los temporales acostumbrados al inicio. El Legan¨¦s le da un susto al Atl¨¦tico, la UD Las Palmas se le entromete al Madrid, el Alav¨¦s le quita el sue?o al Bar?a¡, y as¨ª sucesivamente.
Como una piedra rodando
Y as¨ª empieza a rodar la bola, como una piedra rodando, a trompicones. Hasta que LaLiga se asienta. Mientras cambian los tiempos y los futbolistas ponen en com¨²n su conciencia del oficio, que es jugar y olvidarse de pajaritos pre?ados, son los entrenadores los que sudan tinta para explicarse las derrotas o los empates. Zidane ha sido el m¨¢s honesto, Luis Enrique el m¨¢s solidario, Simeone se recuper¨® antes.
El hurac¨¢n Carrasco
Todo hab¨ªa empezado con sorpresas. Los peque?os presupuestos se subieron a la chepa de los presupuestos grandes; una especie de viento invisible mand¨® a parar y se imponen de nuevo los presupuestos potentes. El s¨ªmbolo de esa vuelta a la normalidad, despu¨¦s de que pareciera que los tiempos cambiaban, es el hurac¨¢n Carrasco, que puso en su sitio al Granada despu¨¦s de que el colista se entregara al sue?o de ganar fuera.
¡°Vi lobos salvajes¡±
En una de sus letras m¨¢s famosas Dylan confiesa que ha visto lobos salvajes, como esos que retornaron para hacer valer la vigencia de calidad y poder¨ªo que dimanan de los presupuestos. El Madrid volvi¨® a dar miedo, y Zidane respir¨® hondo, a Simeone se le ha puesto cara de campe¨®n y a Luis Enrique Messi le ha hecho tal regalo que lo ha vuelto locuaz.
¡°Pensaste que todos estaban bromeando¡±
LaLiga, pues, estaba bromeando, hasta que ese viento invisible mand¨® a parar. Ahora ya se resit¨²a la cabeza de la tabla; es f¨¢cil deducir que as¨ª ser¨¢ a lo largo del curso. Si la calidad se parece a los resultados de este fin de semana en que Dylan canta hasta en el bander¨ªn de c¨®rner es probable que se d¨¦ por terminada la broma, o el sue?o, en el que se montaron los humildes tribunos de la plebe.
¡°Seguir adelante envuelto en tristeza¡±
Como el cantante dice, hay un momento en la vida en que, resignados al destino que marcan los grandes, hay que seguir adelante ¡°envuelto en tristeza¡±. Pero el f¨²tbol no es una competici¨®n de tristes y euf¨®ricos y perder es tan solo una parte de la trama. Si no hubiera sorpresa no habr¨ªa pasi¨®n por el f¨²tbol, o por la poes¨ªa. ?Qui¨¦n puede decir hoy, por ejemplo, que la UD Las Palmas no le dar¨¢ otro susto al Bar?a?
¡°Pudo ser el campe¨®n del mundo¡±
Esa canci¨®n sobre un campe¨®n de boxeo que porque es negro va a parar a la c¨¢rcel por un crimen que no cometi¨® tiene esa l¨ªnea, ¡°pudo haber sido campe¨®n del mundo¡±. Rela?o escrib¨ªa aqu¨ª sobre la pasi¨®n de los modestos, que sue?an con ser campeones del mundo hasta que los grandes los expulsan del sue?o. Queda Liga, todos podemos ser campeones del mundo, como el Hurricane Carter de Dylan.
¡°La respuesta est¨¢ en el viento¡±
En el mundo en el que la velocidad viene del viento el triunfo de M¨¢rquez convierte su moto en una guitarra invencible. Este triunfo consolida su prestancia como deportista y convierte el viento que lo ayuda en la respuesta a su exigencia como deportista: m¨¢s fuerte, m¨¢s r¨¢pido, mejor. Marc como el viento, premio Nobel de las motos.