La batalla ol¨ªmpica de Alejandro Blanco
El avi¨®n ol¨ªmpico tom¨® tierra en Madrid, cargado de medallas. Los m¨¢s de nuestros h¨¦roes (o hero¨ªnas) tomaron raudamente rumbo a sus tierras. En AS disfrutamos de la visita del presidente del COE, Alejandro Blanco, y del abanderado de la despedida, Garc¨ªa Bragado, que ven¨ªa de sus ?s¨¦ptimos Juegos! El encuentro estaba pactado de antes, ellos lo respetaron a pesar del retraso de tres horas en el retorno. Se agradece. Y se agradece tanto m¨¢s por lo ilustrativa que fue la charla. La forma en que Garc¨ªa Bragado (del barrio, por otra parte) cont¨® c¨®mo fue recibido en la Villa defini¨® el esp¨ªritu ol¨ªmpico.
¡°Un equipo¡±, insisti¨® en decir una y otra vez Alejandro Blanco. El gran punto de los Juegos es que mezclan a los deportistas de distintas especialidades en una misma fe, que es la del deporte. Por eso gentes como Rafa Nadal o Pau Gasol (y tantos otros acostumbrados a grados de confort m¨¢ximos) se sienten felices en una convivencia de internado, donde se comparten ba?os y se come lo que hay en el buffet tras guardar cola. Por eso los ol¨ªmpicos espa?oles recibieron a Garc¨ªa Bragado con unci¨®n. Ha estado siete veces ah¨ª, en ese mundillo distinto, superior, espiritual, en el que no es relevante el confort.
Esos aplausos al gran veterano significan un sentido de equipo. Pena que eso mismo no se ve en las altas esferas. Entre el COE (Alejandro Blanco) y el CSD (Miguel Cardenal) hay una distancia visible. Quiz¨¢ eso no provoque mayor da?o. En alg¨²n sentido, puede hasta dar rendimientos. Blanco busc¨® un apoyo extra en la UCAM, Cardenal sac¨® un dinero de los derechos televisivos del f¨²tbol para el resto del deporte. Cada uno por su lado, ha encontrado nuevos recursos. Pero echo en falta unidad de prop¨®sito para optimizar los recursos que hay. Francamente, no entiendo por qu¨¦ no se entienden.