Una cosecha estable
Espa?a repite con 17 medallas la cifra de Londres, aunque con m¨¢s oros. La fren¨¦tica jornada final de los Juegos a?adi¨® tres medallas a la delegaci¨®n espa?ola, que sale de R¨ªo con las mismas que en Londres 2012, pero con m¨¢s peso en el oro. El resultado se?ala la estabilidad de Espa?a en el deporte mundial. Lo que en Barcelona 92 se pudo interpretar como la t¨ªpica eclosi¨®n de los pa¨ªses que organizan los Juegos, se ha convertido en un largo periodo de estabilidad. Han pasado 24 a?os y la cifra de medallas nunca ha bajado de 10 y tampoco ha superado la frontera de las 20.
Espa?a, que durante el franquismo integraba la categor¨ªa regional del deporte europeo, se ha colocado en el grupo que persigue a las viejas potencias: Reino Unido, Alemania, Italia y Francia. Los brit¨¢nicos (67 medallas) no han descendido un pelda?o desde su tremenda prestaci¨®n en los Juegos de Londres. Han ocupado el segundo puesto, con un sensacional racimo de medallas, y con algunos de los principales protagonistas en R¨ªo de Janeiro. Cuatro a?os despu¨¦s de ganar las pruebas de 5.000 y 10.000 metros, Mo Farah repiti¨® el doblete. Adam Peaty llev¨® el r¨¦cord del mundo de 100 braza a una magnitud insospechada.
Rusia. Han sido unos Juegos gobernados por Estados Unidos. Es lo habitual, pero en esta ocasi¨®n su dominio ha sido palmario. Se anticipaba un descenso de Rusia, y as¨ª ha ocurrido. No acudi¨® su equipo de atletismo, sancionado por la IAAF, y la ausencia priv¨® a los rusos de uno de sus cotos preferidos de medallas. En cualquier caso, los sucesos previos a los Juegos han dejado a Rusia en una situaci¨®n inc¨®moda. Las acusaciones de la Agencia Mundial Antidopaje desvelan un tipo de fraude que traslada al deporte a los infames a?os del Plan 14:25 de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Alemania, un masivo dopaje de Estado que dej¨® temblando al deporte y a los derechos humanos.
Bien entrada la noche de ayer en Espa?a, Ruth Beitia cerr¨® con ¨¦xito su larga persecuci¨®n de la medalla de oro. Desde hace 16 a?os ha participado en la mayor¨ªa de las grandes batallas en el salto de altura, en algunos casos perjudicada por el dopaje de adversarias como la rusa Chicherova. Pero eso se ha sabido muchos a?os despu¨¦s. Su ¨¦xito resulta especialmente conmovedor por la larga trayectoria de la atleta y por la necesidad que tiene el atletismo espa?ol de encontrar portavoces de prestigio. En este aspecto, la irrupci¨®n de Bruno Hortelano es una gran noticia.
Beitia forma parte de un paisaje deportivo t¨ªpicamente espa?ol: vive y se entrena en Santander, dirigida por Ram¨®n Torralbo, el t¨¦cnico que la descubri¨® cuando era una chiquilla. Esa situaci¨®n perif¨¦rica de varios de los mejores deportistas espa?oles ha vuelto a acreditarse en los Juegos de R¨ªo, a trav¨¦s de medallistas como Maialen Chourraut, Sa¨²l Craviotto, Marcus Cooper y Carlos Coloma. En muchas ocasiones es m¨¢s importante la cercan¨ªa y la confianza en los entrenadores de toda la vida que algunos lujos de los centros de alto rendimiento.
La ¨²ltima jornada se cerr¨® con el segundo puesto del equipo femenino de gimnasia r¨ªtmica, el bronce de Coloma en la prueba de mountain bike y la dram¨¢tica victoria de Espa?a frente a Australia en baloncesto. En alg¨²n momento de los Juegos, nadie lo habr¨ªa sospechado. Despu¨¦s regres¨® el inolvidable equipo que gan¨® un Mundial y dos medallas de plata en los Juegos Ol¨ªmpicos. Probablemente se cierra una ¨¦poca casi imposible de repetir. Pau Gasol, Navarro y Felipe Reyes han desafiado la edad, las lesiones, la fatiga y el empacho que suele producir el ¨¦xito. Ellos han sido la piedra capital de un equipo maravilloso.