Cartas de Am¨¦rica
Claudio Bravo no se conoce
Los fallos del arquero marcan una primera fase llena de sorpresas.
Guerra. Ya estaba siendo sensaci¨®n de la Copa Libertadores, integrante de esa delicia de equipo que es el Atl¨¦tico Nacional de Medell¨ªn. Y ahora, Lobito Guerra firm¨® la gran sorpresa de las muchas que est¨¢ dejando la Copa Am¨¦rica Centenario. Mand¨® a la lona a la siempre competitiva Uruguay con una obra de arte, un lanzamiento casi desde Caracas que, tras superar a Muslera y tropezar en el larguero, Rond¨®n empuj¨® a la red. Tambi¨¦n est¨¢ brillando Pe?aranda, el del Granada, delantero creciente, aunque el repertorio de ambos no alcanz¨® para derrotar a M¨¦xico: lo evit¨® con un golazo Corona, otra de las joyitas del torneo. Argentina espera ahora a los inesperados venezolanos.
Neymar. No est¨¢ jugando al f¨²tbol en Estados Unidos, pero como si lo estuviera. El jugador al que un acuerdo entre Brasil y el Barcelona lo dej¨® fuera de la Copa Am¨¦rica se ha hecho presente a su manera. Sus frases desagradables (¡°ahora aparecer¨¢ un mont¨®n de idiotas a hablar mierda. Que se jodan. El f¨²tbol es as¨ª¡±, escribi¨® en sus redes tras la eliminaci¨®n de la selecci¨®n a la que abandon¨®; aunque luego se disculp¨®) y su ostentaci¨®n (fiesta con mujeres, champ¨¢n y piscina mientras el equipo ca¨ªa ante Per¨²) lo han puesto en el punto de mira de su gente. El caso es que la decadente Brasil, que sigue desconocida y vulgar, no supo prosperar sin el ¨²nico futbolista diferente que le queda.
Ruid¨ªaz. Brasil se fue por s¨ª misma, por el pobre f¨²tbol que ense?a, y por eso se llev¨® por delante a su entrenador, Dunga, destituido tras dos Copas Am¨¦ricas desastrosas. Tambi¨¦n perdi¨® el puesto Ram¨®n D¨ªaz, que dimiti¨® tras el desastroso caminar de Paraguay por el torneo. Dos cabezas cortadas cuando concluye la primera fase. Pero Brasil tambi¨¦n sali¨® de Estados Unidos por una injusticia arbitral de las que retumban. Un gol con la mano del peruano Ruid¨ªaz cuya pol¨¦mica habr¨ªa evitado la colaboraci¨®n de la tecnolog¨ªa, ahora que est¨¢ tan en debate. Con todo, lo peor no fue el error arbitral, pese a lo escandaloso del mismo, sino el cinismo sonrojante del infractor. ¡°No entiendo la pol¨¦mica, el bal¨®n me dio en el muslo¡±, afirm¨® el jugador tramposo a la conclusi¨®n del duelo. Como si los tiempos no lo fueran a dejar en evidencia al instante. Un h¨¦roe peruano con poco de lo que presumir.
Claudio Bravo. El contraprotagonista de la Copa. Un arquero irreconocible y desconocido, una m¨¢quina de conceder goles. Dos regal¨® ante Argentina, entregando el primer palo, a Di Mar¨ªa y Banega (aunque fue el tropiezo del bal¨®n en Isla lo que le desconcert¨® en este segundo lance). Otra cantada soberana frente a Bolivia, cuando se comi¨® un lanzamiento de falta de Campos y por su poste, no el de la barrera. Y dos errores, exagerados, tambi¨¦n el martes contra Panam¨¢. Dos veces en el que se dobla la mano, ante un tiro lejan¨ªsimo de Camargo y luego frente a un cabezazo inocente de Arroyo. Todo lo que va a puerta contra Chile acaba en gol, o casi. Claudio Bravo no es Claudio Bravo. O no lo parece.