Antoine est¨¢ bien donde est¨¢
Hubo un d¨ªa en que el Kun grit¨® que ¡°ni en pedo¡± jugar¨ªa en el Madrid y luego ya vieron. Se arrastr¨® en un intento desesperado pero in¨²til por cambiar de bando. Entendi¨® la ofensa que subido al santoral significa dar ese paso, se aprovech¨® de los beneficios de la impostada exhibici¨®n, y a la que pudo se lanz¨® a la traici¨®n. Como otros. As¨ª que no conviene abrazarse mucho al poema de amor de Griezmann. Su ¡°a Zidane le dir¨ªa que estoy bien en el Atl¨¦tico¡± suena bonito en el Calder¨®n, pero no descarta que en un rato se atragante.
Tampoco tiene el franc¨¦s que volverse sospechoso por los pecados de deslealtad de sus antecesores, a los que no les sale muy bien la fechor¨ªa (por m¨¢s portadas que lo animan y animar¨¢n, Florentino sigue sin conseguir un rapto). Ni siquiera les funciona irse. El franc¨¦s es un futbolista diferente, una joya con un control orientado propio de dios. Y comprometido, no es f¨¢cil aceptar trabajar tanto con ese talento propio. Pero sale ganando. El Atl¨¦tico siempre da m¨¢s. As¨ª que s¨ª. Griezmann est¨¢ muy bien ah¨ª.