El milagro del Santo espa?ol
Be?at San Jos¨¦. Lleg¨® a mitad del semestre pasado a rescatar un enfermo terminal. Antofagasta, la poblaci¨®n m¨¢s cosmopolita de Chile, llevaba el descenso grabado en la frente. Y con ese estigma termin¨® finalmente el Apertura. Pero en el Clausura (la f¨®rmula para determinar el descenso en Chile junta los dos torneos) se est¨¢ cociendo el milagro. El t¨¦cnico espa?ol, con un f¨²tbol atrevido y rebelde, suelto hacia el ataque, tiene desde el domingo a su equipo fuera de los puestos que condenan a bajar a Primera B. Quedan tres jornadas a¨²n por concluir, pero Be?at San Jos¨¦ ya tiene conquistado el pa¨ªs. No s¨¦ sabe c¨®mo lleg¨®, bajo qu¨¦ influencia, pero ha despejado todo el recelo. El Santo espa?ol, le llaman.
Diego Zabala. Goles a punta de pistola. O pese a las pistolas. Diego Zabala, uruguayo de 24 a?os, interior derecho que fich¨® en febrero por V¨¦lez, vivi¨® hace dos semanas el susto de su vida en la residencia de concentraci¨®n del club. Mientras dorm¨ªa, tres tipos de entre 13 y 15 a?os, irrumpieron en su habitaci¨®n, lo despertaron, lo enca?onaron, lo ataron y le pidieron plata. Este fin de semana se subi¨® a los titulares de los peri¨®dicos por una emoci¨®n m¨¢s recomendable: dos goles suyos rompieron el invicto de 16 meses y 23 partidos que sumaba Rosario Central en su feudo. Zabala entr¨® a 15 minutos del final con 2-1 en contra y lo dej¨® con el 2-3 en el luminoso. H¨¦roe.
Beccacece. La U, uno de los equipos emblema de Chile, no levanta cabeza. El proyecto Beccacece, el ayudante de Sampaoli que afrontaba su primera experiencia como DT titular, se deshace en pedazos. M¨¢s all¨¢ de un cegador 8-1 a O¡¯Higgins (hoy firme candidato a un t¨ªtulo descolorido), nada de nada. Ni f¨²tbol, ni resultados, ni orden interno. La constante cr¨®nica de sucesos ha terminado con cinco futbolistas (Espinoza, Valencia, Su¨¢rez, Ortiz y Pinilla) apartados por celebrar ostentosamente y a deshora, con fotos en redes, alcohol y mujeres, el cumplea?os de uno de ellos. Y todo por hacerlo en un momento inoportuno, tres d¨ªas despu¨¦s de haber encajado cinco goles de un rival. Cosas que tambi¨¦n ocurren en Europa. Asistieron m¨¢s jugadores al pol¨¦mico asado, pero s¨®lo cinco fueron los castigados. Y el caso es que un d¨ªa despu¨¦s de las sanciones, el equipo volvi¨® al fin a ganar.
Lugano. La revelaci¨®n del f¨²tbol uruguayo, Plaza Colonia, destaca por juego y resultados, por su humilde plantel y, sobre todo, por su curiosa indumentaria. En la blanca camiseta asoma en grandes proporciones el rostro de una persona. ?Qui¨¦n? Diego Lugano, el rudo central uruguayo que hoy milita en el Sao Paulo. El DT, Eduardo Espinel (comparte su cargo con el oficio de carpintero), coincidi¨® en el club con el defensa a principios de este siglo. Se hicieron muy amigos. Por eso, Lugano visit¨® al equipo para motivarlo en plena lucha por subir a Primera a principios de 2015. En agradecimiento, jugadores e hinchas decidieron incluir su cara en la camiseta cuando se consum¨® el ascenso. Un homenaje y un sortilegio. Plaza Colonia ocupa hoy la primera posici¨®n en la liga uruguaya,