Firmar sin bol¨ªgrafo
Ese verbo usado como met¨¢fora ha perdido su originalidad.
El verbo ¡°firmar¡± se ha convertido en una met¨¢fora tan reiterada en el lenguaje del periodismo deportivo que ha perdido ya toda originalidad. El primero que la utiliz¨® se marc¨® seguramente un gran hallazgo estil¨ªstico. Pero los 254.000 siguientes mostraron la racaner¨ªa del ingenio humano cuando est¨¢ fatigado.
¡°James firm¨® un gran gol¡±, ¡°el Atl¨¦tico firm¨® una gran primera parte¡±, ¡°el Bar?a firm¨® su pase a la siguiente ronda¡±¡
El verbo firmar procede del lat¨ªn firmare, que significaba ¡°dar fuerza¡±, ¡°afirmar¡±. De ese modo, la r¨²brica que trazamos en un papel da fuerza a lo que all¨ª est¨¦ escrito: afirma nuestra autor¨ªa o nuestra aceptaci¨®n.
Y se trata de un acto, desde luego, que se debe ejecutar con toda consciencia; pues ser¨¢ tomado como una acci¨®n responsable y voluntaria. Si uno no se halla en plenitud de sus condiciones mentales, ser¨¢ mejor que se aleje de la tinta. Por eso existe el dicho de que alguien ¡°no est¨¢ para firmar¡± cuando se ha agarrado una buena papalina. Y en ese caso ya vendr¨¢ un cronista a decir que ¡°Fulano firm¨® una buena borrachera¡±.
El uso deportivo de ¡°firmar¡± (dejando a un lado los aut¨®grafos) comenz¨®, creo, en el golf; porque al final de cada recorrido el jugador debe firmar la tarjeta donde figuran sus golpes. As¨ª, se empez¨® a decir en la prensa deportiva, por ejemplo, ¡°Jack Nicklaus firm¨® un recorrido de cuatro bajo par¡±. Eso no era propiamente una met¨¢fora, pues el recorrido se firmaba realmente sobre un cartoncillo. Pero el verbo se extendi¨® a expresiones como ¡°Ballesteros firm¨® una remontada hist¨®rica¡±, que pasaron luego al f¨²tbol y a otros deportes. Y de ese modo se ha acu?ado un t¨®pico descomunal que anula cualquier originalidad y bloquea la imaginaci¨®n.
La narraci¨®n deportiva necesita met¨¢foras, por supuesto. Se puede escribir o decir ¡°el delantero dibuj¨® un gran gol¡±, ¡°el entrenador ha entramado una t¨¢ctica agobiante¡±, ¡°el piloto culebrea en una extraordinaria carrera¡±, ¡°el tenista derramar¨¢ m¨¢s su esfuerzo y afinar¨¢ su precisi¨®n¡±, ¡°el ¨¢rbitro mult¨® al defensa con una tarjeta¡±¡ Hay muchas m¨¢s met¨¢foras posibles.
El periodista que asuma el riesgo de aventurarse por esos nuevos caminos abandonar¨¢ los t¨®picos y har¨¢ m¨¢s personal su texto¡ y tal vez as¨ª firmar¨¢ de verdad una cr¨®nica original.