Sola, Esteva, Paquito, Mari Paz...
El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol (COE) tuvo hace alg¨²n tiempo la feliz idea de reunir a los deportistas ol¨ªmpicos. Ayer les toc¨® a los participantes en los Juegos de 1968 y 1972. Fueron en M¨¦xico y M¨²nich, respectivamente, los de verano; en Grenoble y Sapporo, los de invierno. En esa cita del COE, entra?able y de justicia, se rinde homenaje a quienes abrieron el camino a los deportistas de hoy en d¨ªa. Fueron aquellos tiempos muy dif¨ªciles, protagonizados por una generaci¨®n que pas¨® aut¨¦nticas calamidades, nacida en plena postguerra. Vivieron, adem¨¢s, unos Juegos convulsos, con sangrientas manifestaciones los de M¨¦xico en los d¨ªas previos al comienzo de las competiciones, y con un ataque terrorista que acab¨® en drama los de M¨²nich.
En esos Juegos, las medallas segu¨ªan estando lejos del alcance de nuestros deportistas, aunque ya se iba ganando alguna; la de Paquito en Sapporo cre¨® una aut¨¦ntica conmoci¨®n. En el atletismo y la nataci¨®n tambi¨¦n comenzaron a adquirir notoriedad deportistas como Sola, quien lleg¨® a batir el r¨¦cord ol¨ªmpico de salto con p¨¦rtiga al ser el primero en saltar en M¨¦xico, Areta, Garriga, Esteva, Torres o Mari Paz Corominas, una de nuestras nadadoras pioneras en la alta competici¨®n. Sin los medios de ahora, ni t¨¦cnicos ni econ¨®micos, llegaron a competir junto a aut¨¦nticas leyendas del deporte, como Beamon o Spitz. Nuestro respeto, admiraci¨®n y agradecimiento hacia ellos. Por cuanto sufrieron y por cuanto nos legaron.