Posar para la historia o posar para el selfie
Lo que observan es una correcta formaci¨®n que ser¨ªa impecable en el caso de que el egipcio Salah hubiera tenido a bien hincar la rodilla izquierda. El equipo que merece la menci¨®n especial es el Roma, rival del Madrid en Champions. La coordinaci¨®n de su pose resulta conmovedora si la comparamos con los usos m¨¢s recientes. Hoy en d¨ªa hay formaciones que parecen despedidas de soltero.
De un tiempo a esta parte, la moderno es no agacharse, tal y como se retrat¨® el Madrid en el Ol¨ªmpico. La actitud del equipo es festiva si la comparamos con la marcialidad de los romanistas. Unos posan para el selfie y otros para la historia.

Por fortuna, Italia siempre est¨¢ preparada para el rescate cuando el buen gusto peligra. Mientras otras selecciones suben y bajan (o hacen corros), la 'nazionale' posa con la misma coreograf¨ªa que luce el Roma desde 1994: imperiales los de arriba y con la rodilla en el suelo los de abajo.

Los italianos han a?adido un toque de elegancia a una tradici¨®n cl¨¢sica. La Hungr¨ªa de Puskas ya pos¨® en Wembley (1953) con futbolistas agachados, aunque s¨®lo fueron tres: Lantos, Puskas y Grosics (el portero). Poco despu¨¦s, el Real Madrid agach¨® a Rial, Kopa, Di St¨¦fano, Puskas y Gento, nada menos. Tambi¨¦n se reclinaron en el Mundial del 70 Jairzinho, Rivelino, Tostao, Pel¨¦ y Paulo C¨¦sar. Ninguno tuvo inconveniente en posar en cuclillas, ni Cruyff en 1974 ni Maradona en 1982.
Con el tiempo se alter¨® la costumbre de que los jugadores de ataque, habitualmente los m¨¢s bajitos, se alinearan en la base del equipo. Baresi, el faro de la defensa del Mil¨¢n, siempre pos¨® agachado; los tres holandeses siempre lo hicieron de pie.
Con el tiempo se han ido alterando el resto de costumbres. Alguien decidi¨® un d¨ªa que agacharse era un desdoro y sus compa?eros se levantaron en l¨ªnea. El f¨²tbol alter¨® entonces una de sus postales m¨¢s sagradas. Confiemos en que la moda italiana siga creando tendencia.