Guardiola, entre el m¨¦rito y la suerte de haber tenido a Messi
Nunca sabremos si las pastillas que receta Guardiola est¨¢n rellenas de sabidur¨ªa o de az¨²car, pero se venden caras. Nunca sabremos si en su f¨®rmula secreta hay algo m¨¢s que poder de convicci¨®n. Hablamos de m¨¦todo, de dedicaci¨®n y meticulosidad, pero podr¨ªa ser en realidad el tipo de explicaci¨®n que nos damos para justificar el ¨¦xito, para limpiarlo de suerte.?
No quieran ver un desprecio a Guardiola, es el ¨¦xito lo que pongo en duda. Es verdad que Pep (disculpen la familiaridad, pero deb¨ªa elegir entre el tuteo o la redundancia) lo gan¨® todo y que prolong¨® el reinado del Barcelona durante cuatro temporadas. Sin embargo, no es menos cierto que entren¨® a Messi. A?adan la mejor ¨¦poca de Xavi e Iniesta, la base del equipo que gan¨® la Eurocopa de 2008. Guardiola fue presentado como entrenador del Bar?a mientras se disputaba ese torneo, de modo que no cabe atribuirle responsabilidad en la victoria.?
?Se aprovech¨® entonces del impulso de la Espa?a de Luis Aragon¨¦s? Qui¨¦n sabe. Jurar¨ªa que aquella floraci¨®n tambi¨¦n tuvo mucho de espont¨¢nea. La eclosi¨®n de la Espa?a del tiqui-taca lleg¨® en las semifinales contra Rusia gracias a la lesi¨®n de Villa en el minuto 34 de la primera parte (0-0). F¨¤bregas entr¨® en su lugar y, de pronto, se obr¨® el milagro. La Selecci¨®n reuni¨® sobre el campo a Senna, Xavi, Iniesta, Silva y el propio Cesc, una concentraci¨®n de jugones (tocones, si lo prefieren) que, con leves variaciones, desarbol¨® a Rusia (0-3) y a cuantos rivales se pusieron por delante en los cuatro a?os posteriores.
La etapa triunfal de Guardiola no puede desvincularse de la etapa triunfal de la Selecci¨®n espa?ola. Y no pretendo restarle valor, como tampoco se los quitar¨¦ a Del Bosque, demostraci¨®n evidente de que las ¨¦pocas influyen m¨¢s que los nombres. ?Inculc¨® Guardiola el sistema de presi¨®n-robo y ataque en superioridad o lo favoreci¨® la edad de sus futbolistas? ?Se dej¨® llevar Del Bosque o tuvo el m¨¦rito nada desde?able de alimentar la motivaci¨®n del grupo a base de no alterar sus rutinas?
El fichaje de Guardiola por el Manchester City se hace oficial sin que haya igualado (todav¨ªa) la ¨²ltima temporada de Heynckes en el Bayern (Liga, Copa, Champions). Su presumible balance de tres Bundesligas ganadas en tres a?os no puede desvincularse de la vampirizaci¨®n del Bayern al Dortmund.?La confusi¨®n aumenta si pensamos que Pellegrini abandona a los citizens con una Liga, la misma que gan¨® Mancini tras un trayecto que muchos cre¨ªmos nefasto. La llegada de Mourinho al United ser¨ªa igualmente inexplicable despu¨¦s de haber desquiciado al Chelsea. Por no hablar de la trayectoria del N¨¢poles sin Ben¨ªtez o de la del Eibar sin Garitano, dos equipos que imagin¨¢bamos de autor.
Ustedes disculpar¨¢n, pero no puedo dejar de pensar que el ¨¦xito es una casualidad afortunada que adornamos de sesudas explicaciones para no sentirnos como la pluma de Forrest Gump.
?