La nueva Perlita de Huelva
Volv¨ª la cara llorando cuando sal¨ª de mi Huelva, moviendo volantes, con cara de ¨¢ngel y gritando a todo el mundo: ¡®Espa?a que yo te quiero¡¯. No son fandangos de Huelva, que tambi¨¦n, son las armas y bagajes de la nueva Perlita de Huelva, que deja surcos en las besanas del deporte, lleno de terrones, y su cabeza serrana y serena, en cambio, sigue llena de ilusiones.
Es f¨¢cil describir con los sones del flamenco ¨Csu otra gran pasi¨®n¨C a Carolina Mar¨ªn, campeona de t¨® en b¨¢dminton. Pero tampoco los fados ni los tangos de arrabal amargo dejar¨ªan de prestarle la letra para describir apenas 22 a?os pre?ados de esfuerzo, tes¨®n, determinaci¨®n, abandono, entrega, generosidad, sonrisas y l¨¢grimas, alguna que otra par¨¢ en el camino y, por encima de todo, ¨¦xitos.
Destacarlos ser¨ªa lo f¨¢cil; basta escribir su nombre para que millones de referencias, comentarios, glosas, cr¨®nicas y noticias asalten la b¨²squeda. Ella es el b¨¢dminton, por encima de otra cosa. Pionera en su pa¨ªs, profeta en su tierra y ciudadana con nombre propio en un universo deportivo tan ajeno y lejano, pero que ahora inunda nuestras casas cuando compite. Se ha hecho cotidiana en las noticias y en las conversaciones y nos acerca a una nueva realidad deportiva que despunta como un iceberg y esconde un mundo nuevo que exige un cambio de paradigma.
Pero es un lado humano menos conocido el que querr¨ªa destacar, sin avasallar una intimidad que guarda con celo y no requiere de luces, que s¨®lo har¨ªan sombras. Carolina jam¨¢s compite ni sube al podio en solitario, no pelea por ella, o no s¨®lo por ella. Arrastra a los que con ella trabajan, a quienes vienen detr¨¢s, a quienes necesitan de su ¨¦xito para reivindicar su espacio. Carolina, seguiriya generosa del b¨¢dminton, como nuevo palo del cante m¨¢s esencial del cante jondo, por la profundidad extrema del quej¨ªo y su desgarrada solemnidad. Capaz de llegar a los lugares m¨¢s rec¨®nditos del planeta moviendo volantes.