Salvar La Pedriza de nosotros
Soy ¡°pedricero¡±, un adjetivo que la Academia deber¨ªa incorporar como: ¡°escalador, caminante o amante de La Pedriza¡±. Como para tantos alpinistas ¡ªno ¨²nicamente de Madrid¡ª La Pedriza fue mi primera escuela de escalada y el lugar donde descubr¨ª la fascinaci¨®n por las monta?as. As¨ª que no dud¨¦ hace pocos d¨ªas en participar en un acto en defensa de La Pedriza y su entorno, incluido el r¨ªo Manzanares, una vez m¨¢s agredidos. Fui el encargado de leer un comunicado que creo explica los motivos de un mal que afecta a muchos lugares de nuestro pa¨ªs: la dejadez y la falta de civilizaci¨®n respecto a la Naturaleza. De ah¨ª que muchos amantes de la Sierra de Guadarrama, de La Pedriza y, en general de la Naturaleza que nos queda en Espa?a, nos hayamos unido para reclamar Protecci¨®n y Educaci¨®n.
Me gustar¨ªa ser fiel al esp¨ªritu de ese Manifiesto: los que amamos la Sierra de Guadarrama, los que defendemos las monta?as, tenemos muy claro que la Tierra es nuestra casa y nuestra ¨²nica fuente de vida. Estamos convencidos que disfrutar de la naturaleza es un derecho y en ning¨²n caso pensamos que ser monta?eros o conservacionistas nos confiere derechos especiales, por encima de otras personas, para contemplarlos, pasear, hacer deporte de forma respetuosa o ense?ar a nuestros hijos a cuidar el mundo que les rodea. Sin embargo estamos preocupados e indignados, porque cada verano, vivir en Manzanares o intentar disfrutar de La Pedriza y del r¨ªo se convierte en algo que nada tiene que ver con la alegr¨ªa, la relajaci¨®n, o los buenos ejemplos. Entendemos que algo se est¨¢ haciendo muy mal en este pa¨ªs y en nuestra comunidad cuando parece ¡®normal¡¯ que haya gente que acude a un espacio protegido para tirar basura, poner m¨²sica alta, hacer botell¨®n o peor a¨²n, provocar incendios o realizar actos vand¨¢licos. La soluci¨®n existe y es factible, pero requiere un ingrediente fundamental, educaci¨®n en algunos y voluntad pol¨ªtica en otros.
Lo exigimos como ciudadanos, porque nos parece indecente que por dejadez, incompetencia, o intereses que desconocemos, se est¨¦ permitiendo que este problema se agrave. Existen normas, medios y recursos. Un gran n¨²mero de responsables pagados por los ciudadanos, al cargo de departamentos con personal cualificado. Existe suficiente potencial de conocimientos, sentido com¨²n y talento para llegar a los acuerdos requeridos. H¨¢gase pues todo lo necesario. Los ciudadanos lo exigimos. Nos jugamos el futuro de nuestros hijos.