Carolina no juega en Espa?a
Carolina Mar¨ªn no puede hacer m¨¢s por el b¨¢dminton en Espa?a. Van dos a?os siendo campeona mundial. Ya no es ninguna desconocida. En la redacci¨®n de AS tenemos un term¨®metro para medir la popularidad y el cari?o de nuestros deportistas. Son muchos los que nos visitan al cabo del a?o, y no todos consiguen que el trabajo se paralice cuando entran en el peri¨®dico. Son menos todav¨ªa quienes desatan el aplauso espont¨¢neo de la redacci¨®n. Carolina consigui¨® ayer ambas cosas. Conclusi¨®n: es conocida, admirada y querida. Lo consigue a trav¨¦s de una simpat¨ªa natural, una sonrisa contagiosa y unas condiciones fabulosas para jugar al b¨¢dminton, lo cual impide permanecer indiferente a quien la vea jugar.
Eso, sobre todo, a quienes tengan la suerte de verla jugar en directo. El b¨¢dminton, como otros muchos deportes, no es lo mismo en directo que en televisi¨®n. En directo impresiona por la velocidad de movimientos y del volante, que llega a superar los 300 kil¨®metros por hora. Pero a Carolina no tenemos la ocasi¨®n de verla jugar en Espa?a. En Asia, s¨ª, donde el b¨¢dminton es uno de los deportes preferidos. Y es una pena, porque se monta ahora un partido de Carolina en Espa?a, y ser¨ªa un ¨¦xito. Para la Federaci¨®n, para ella misma, para el b¨¢dminton, para el patrocinador. Todos tendr¨ªan ocasi¨®n de promocionarse en la persona de una campeona de muchos quilates. Luego nos quejamos de que dejamos pasar las oportunidades.