Casillas, mejor solo que mal acompa?ado
Casillas se despidi¨® ayer del madridismo en un emotivo, sencillo y bien medido acto, en el que compareci¨® solo. Lo prefer¨ª as¨ª. Mejor solo que mal acompa?ado. Cualquier pretensi¨®n del club de fingir deseo de arroparle me hubiera parecido un acto de hipocres¨ªa. Y aunque tengo por cierto que la hipocres¨ªa no deja de ser un homenaje que el vicio rinde a la virtud, no por eso deja de resultar un espect¨¢culo desagradable. Casillas estuvo solo, se explic¨® todo lo bien que le permitieron algunos accesos de sollozos y termin¨® diciendo que donde vaya gritar¨¢: ¡°?Hala Madrid!¡±. Ha estado en el club veinticinco a?os.
Por delante se esmer¨® el lanzar mensajes de agradecimiento y cari?o al Oporto. Era justo y necesario, dado que en la larga deposici¨®n de sus padres a El Mundo se hab¨ªa colado, entre tantas verdades necesarias, un desprecio injusto al nivel del Oporto como club. Hay cari?os que matan. Pero el fondo de la entrevista es la denuncia de la mirada con que siempre ha contemplado Florentino a Casillas, y que ha dado lugar no ya a la salida, sino a sus dificultades en los ¨²ltimos a?os y a esta tensi¨®n de cinco d¨ªas en el tr¨¢nsito final, que tan mezquina imagen ha dejado del club ante todo el orbe futbol¨ªstico.
En fin, se acab¨®. Ahora la vida sigue, y el Madrid tambi¨¦n. Han salido muchos antes, saldr¨¢n otros despu¨¦s. Pero ninguno, ni siquiera Di St¨¦fano y ya fue duro aquello, sali¨® con estos tormentos. Ra¨²l cobr¨® lo que ten¨ªa pendiente, todo, sin que nadie le preguntara cu¨¢nto le daba el Schalke. Hierro cobr¨®, cuando le echaron, porque se dio por bueno que exist¨ªa una ¡®renovaci¨®n verbal¡¯. Es proverbial la liberalidad de Florentino con el dinero del club, o sea, el de los socios, a los que dice que pertenece. Esta vez ha preferido encanallar el trance hasta lo insoportable. Puede ponerse esa medalla de hierro.