Un personaje simple; un buen tipo
Al nacer en 1989, ten¨ªa solamente dos a?os cuando Papin perdi¨® la final de la Champions con el Marsella o, dos a?os despu¨¦s, ante el Mil¨¢n. Demasiado temprano para disfrutar en directo de un estilo tan particular de marcar goles de volea o llorar desilusiones como la del Francia-Bulgaria de 1993 que priv¨® a los Bleus del Mundial 94. Sin embargo, Papin es para m¨ª un s¨ªmbolo, un ¨ªdolo . Un delantero con clase que era capaz de marcar desde lejos casi sin control, cambiando el rumbo de un encuentro, un atacante que ten¨ªa talento, pero sobre todo una gran motivaci¨®n para el esfuerzo.
No voy a mentir. Mis ¨ªdolos de juventud, que estuvo marcada por la victoria de Francia en el Mundial 98, se llamaban m¨¢s bien Zidane, Henry o Trezeguet, y no tanto ¨¦l. Pero Papin siempre fue un modelo para el ni?o que fui. Me acuerdo que, con 12 ¨® 13 a?os, intentaba imitar su m¨ªtica volea cuando jugaba con mis amigos y me sonre¨ªa el rostro cuando una de ellas iba al fondo de la porter¨ªa sin que el portero pudiera hacer nada para evitarlo. Bueno, eso no suced¨ªa muchas veces, la verdad, ya que la mayor¨ªa se iban fuera por mucho. As¨ª que decid¨ª dedicarme al periodismo. 17 a?os despu¨¦s de su ¨²ltimo encuentro como profesional, Papin, ¨¦l, sigue siendo el mismo personaje. Un tipo simp¨¢tico, disponible y que no se complica la vida. Habla todav¨ªa con amor hacia este deporte que le permit¨® ser famoso. Un personaje grande, simplemente.