Y al final, el que se r¨ªe es Torres
Sali¨® Torres del Bernab¨¦u con media sonrisa y el gesto de superioridad de DiCaprio abriendo los brazos en El Lobo de Wall Street. El rey del mundo. Si emocionalmente su regreso qued¨® justificado desde su impresionante presentaci¨®n, deportivamente silenci¨® a los haters con un doblete para el recuerdo en un estadio que se le resist¨ªa. Ya no se r¨ªe nadie, excepto ¨¦l. Si esta historia la escribe un novelista, el editor la descarta por inveros¨ªmil, pero al deporte el realismo le da lo mismo. Bendito sea. As¨ª, el Atleti de Simeone lleva tres a?os materializando sue?os. Tanto, que ha llegado el momento de dejar de considerar inesperado lo que sucede d¨ªa tras d¨ªa. Si esta temporada van cinco derbis y el Atleti ha ganado tres y empatado dos, la sorpresa ser¨ªa que ganase el Madrid. Datos. Fr¨ªos datos.
Y el rival multiplica el m¨¦rito rojiblanco porque jug¨® una primera parte magn¨ªfica. Una que permiti¨® al Atleti exhibir su gen competitivo, su capacidad de supervivencia, con un God¨ªn majestuoso, que si no es uno de los dos mejores centrales del momento, lo disimula fenomenal. Y, como casi siempre, en la segunda parte el equipo creci¨® hasta el infinito con el empuje del mejor Mario Su¨¢rez en meses, la competitividad de Juanfran y Miranda, la jerarqu¨ªa de Tiago y Koke, la capacidad hipn¨®tica de Arda y la exhibici¨®n de Griezmann, que es un jugador maravilloso de techo desconocido. Formaron la banda de acompa?amiento perfecta para el protagonista ideal. En ese recorte a Pepe del 1-2, todos los atl¨¦ticos retrocedieron 10 a?os en el tiempo. El Ni?o ha vuelto y la fiesta es eterna.
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