El Sella es nuestra fiesta
La Oxford-Cambridge, el Gran National, el Masters de Augusta... No hace falta decir m¨¢s para saber de qu¨¦ se trata. Son pruebas con denominaci¨®n de origen, algo impagable y de valor incalculable en estos tiempos dominados por el marketing. En Espa?a tenemos el Descenso del Sella como prueba cl¨¢sica por excelencia. Lleva disput¨¢ndose desde 1930. El Descenso del Sella lo conoce todo el mundo. Y eso que no se puede decir que el pirag¨¹ismo sea un deporte popular en Espa?a, aunque lo es m¨¢s de lo que podamos creer. Ayer salieron 786 palistas en el descenso. No todos compet¨ªan por la victoria. Apenas un centenar por quedar bien clasificados en las distintas categor¨ªas. El resto, aut¨¦nticos populares. Como en las maratones.
Los ganadores hab¨ªan declarado en la v¨ªspera que ganar el Sella es mejor que ganar el Mundial. Saben lo que dicen, pues han sido campeones en la modalidad de marat¨®n. El Sella es el Sella. Una competici¨®n que no hay dos a?os que sean iguales (depende del caudal del r¨ªo y de las mareas) y una fiesta capaz de concentrar miles y miles de espectadores en las orillas. Miles pueden ser hasta cien mil. Hasta ahora nadie las ha contado, pero es lo que se estima. El Sella, por cierto, bien se merecer¨ªa mayores reconocimientos. Premio Nacional del Deporte o el Pr¨ªncipe de Asturias, por ejemplo. En vez de ayudar a su promoci¨®n nos olvidamos de lo que tenemos. Ya ni siquiera lo vemos por Teledeporte. Eso el Sella no se lo merece.