Brasil paga la larga traici車n a su estilo
No fue propiamente un partido, fue una ejecuci車n, una masacre. Fue algo sin precedentes, un vapuleo que hizo sentir l芍stima por los jugadores que lo sufr赤an. Jugadores vestidos de amarillo con ribetes verdes, con cinco estrellas en el pecho, jugando en su propio pa赤s, observados en todo el mundo, cargando con la ilusi車n de los doscientos millones de habitantes del pa赤s m芍s futbolero del mundo. Alemania les arras車 con su &tiki-taken*, un juego en buena parte inspirado en la Espa?a de estos 迆ltimos a?os, pero adobado con la reconocida potencia de fuego del f迆tbol alem芍n.
Fue, hay que decirlo, un castigo merecido para Scolari, personaje antip芍tico, gestor de un Brasil de juego feo y primario. Brasil era otra cosa, Brasil enamor車 al mundo haciendo otra cosa. Una derrota en Sarri芍 ante Italia en el Mundial de Espa?a le hizo apartarse de aquel camino y cultivar otro estilo, blind芍ndose en el medio campo. Gan車 dos mundiales m芍s con ese estilo, aunque gracias, hay que decirlo, a que coronaba el equipo con delanteros muy buenos: Romario, Bebeto, Rivaldo, Ronaldinho, Ronaldo... Pero esos ya no est芍n, ayer tampoco estuvo Neymar. Y lo que queda es lo otro, el juego pelmazo.
Ese juego pelmazo lo castig車 Alemania sin piedad. Jugando al pase, tratando bien el bal車n. Y, s赤, con esa tan teut車nica capacidad de gol. Del partido se fue Klose como recordman absoluto de la historia de la Copa (diecis谷is) y M邦ller opositando a sucesor, porque con 24 a?os lleva diez goles en dos mundiales. Fue tremendo, me dio l芍stima por Brasil, cuya camiseta a迆n me evoca emociones de tanto tiempo atr芍s. Pero creo que Scolari se lo tiene merecido. Y si un d赤a Brasil reneg車 de un estilo por un 3-2 ante Italia en campo neutral, me figuro que este 1-7 debe marcar el retorno al modelo olvidado.