Federer, el incombustible
Federer se dispone a jugar hoy su vigesimoquinta final de un torneo de Grand Slam. Ser¨¢ dif¨ªcil que la gane. Enfrente tiene a Djokovic, m¨¢s joven, m¨¢s fuerte, m¨¢s ambicioso y tambi¨¦n un jugadorazo. ?Mas qui¨¦n iba a decir hace cinco a?os que Federer seguir¨ªa hoy en d¨ªa jugando al m¨¢ximo nivel? Fue hace cinco a?os cuando comenz¨® a llorar al ver a Nadal alzar el trofeo de campe¨®n del Abierto de Australia. Esas l¨¢grimas eran todo un s¨ªmbolo. Supon¨ªan la cesi¨®n de su trono. Federer llevaba ocho a?os gan¨¢ndolo todo y pareci¨® decir ¡°hasta aqu¨ª hemos llegado¡±. No pod¨ªa con la fuerza de la naturaleza que era Nadal, y el sentimiento le brot¨® sincero, aun sin tener la confirmaci¨®n de que por detr¨¢s ven¨ªa otro fen¨®meno llamado Djokovic.
Cinco a?os despu¨¦s, Federer sigue ah¨ª. Y muy vivo. No para hacer la competencia a Nadal y a Djokovic en todos los torneos, pero s¨ª para privarles de muchas victorias en los que ¨¦l prepara a fondo. Desde aquel Abierto de Australia de 2009 hasta ahora ha ganado nada menos que veintid¨®s torneos, trece de ellos de primer¨ªsimo nivel: dos Wimbledon, un Roland Garros, un Abierto de Estados Unidos, siete Masters 1.000 y un Masters final. Un palmar¨¦s s¨®lo al alcance de Nadal y Djokovic. Pero ¨¦l con cinco a?os m¨¢s, y ganando casi lo mismo que ellos. A este paso Federer va camino de convertirse en un jugador de leyenda, con una longevidad fuera de lo com¨²n. Sus 79 t¨ªtulos en sus ya catorce a?os en activo as¨ª lo confirman.