Costa de Marfil a¨²n no da la talla
Mis amigos y amigas de ?frica aficionados al f¨²tbol y que andan siguiendo todo lo que acontece en Brasil, en torno a las selecciones de sus respectivos pa¨ªses, est¨¢n que trinan. Y con raz¨®n. Otro Mundial m¨¢s y ni Argelia, ni Camer¨²n, ni Ghana, ni Costa de Marfil, ni Nigeria terminan de desplegar el juego ni el estilo propio que esperan de un f¨²tbol emergente, que exporta buenos y numerosos jugadores a todas las ligas del mundo, pero que no acaba de cuajar en un potente equipo nacional capaz de asombrar y hacerse respetar.
El ejemplo m¨¢s lacerante es el de Costa de Marfil. Se pregunta un buen amigo y aficionado al balompi¨¦ de ese bello pa¨ªs, que si con la generaci¨®n de los Drogba, Yaya Tour¨¦, Gervinho, etc., los marfile?os no han conseguido siquiera levantar una Copa de ?frica, qu¨¦ va a suceder en un futuro que ya est¨¢ a la vuelta de la esquina.
Y es que basta un somero paseo por cualquiera de los populosos barrios de Abidjan, donde alguien haya levantado un par de porter¨ªas de f¨²tbol, para verificar que sobra materia prima de la buena. Existe un excelente stock de atletas. Das una patada a una ceiba y caen cinco o seis delanteros. Ya no te hablo de centrocampistas y defensas. La ¨²ltima vez que visit¨¦ Mimosas, la escuela de f¨²tbol, en Abidjan, del que han brotado tantos buenos elefantes, me qued¨¦ estupefacto. Entonces, nos preguntamos todos: ?Qu¨¦ est¨¢ pasando para que Costa de Marfil y por extensi¨®n, ?frica, no carbure?