Cuarenta a?os para unos y doce para otros
Blanco y negro. Lo recuerdo como si fuera hoy. Hace cuarenta a?os, sentado en el sof¨¢ de casa, con una modesta tele en blanco y negro, hice m¨ªo el sufrimiento de millones de seguidores del Atl¨¦tico que vieron c¨®mo se esfum¨® una Copa de Europa en el ¨²ltimo suspiro. Duro para un adolescente. El a?orado Luis siempre se sinti¨® un poco culpable, m¨¢s incluso que el portero Reina. Cre¨ªa que si ¨¦l hubiera retenido el bal¨®n en el c¨®rner en vez del bueno de G¨¢rate, en la jugada que precedi¨® al gol del empate del Bayern, se habr¨ªan consumido los segundos que faltaban. Siempre se lo reproch¨®. ?l, que durante el partido hab¨ªa conseguido incluso desorientar al gran Beckenbauer tir¨¢ndole besitos.
En Glasgow. Veintiocho a?os despu¨¦s, en la tribuna de prensa de Hampden Park, ya como periodista, hice m¨ªa la alegr¨ªa de los madridistas que celebraban La Novena. En aquella final tuve el honor de escribir la cr¨®nica del partido para el diario AS. Fue mi ¨²ltimo trabajo como subdirector. Al d¨ªa siguiente emprend¨ª una nueva aventura profesional. Lo hice con la aquiescencia del director, Rela?o. Conservo enmarcado su art¨ªculo (el huevo diario para Alfredo) que generosamente me dedic¨®. Han pasado doce a?os. Hoy firmar¨¢ la cr¨®nica de la final el gran Trueba. Eso que ha ganado el peri¨®dico.
Mucho tiempo. Unos y otros han esperado demasiado tiempo. Tiene la teor¨ªa Florentino P¨¦rez, y no le falta raz¨®n, que el verdadero cl¨¢sico del f¨²tbol espa?ol siempre fue un Madrid-Atleti, as¨ª, como suena en castizo. Si repasamos la historia, el Atl¨¦tico siempre fue el gran rival de los blancos, incluso en t¨ªtulos, al menos hasta finales de los setenta. Unos y otros merecen llevarse la alegr¨ªa esta noche en Lisboa.
Despedidas. Gane quien gane ser¨¢ una noche especial para un buen n¨²mero de futbolistas de uno y otro equipo. Y lo ser¨¢ porque puede que jueguen su ¨²ltimo partido. Si lo hacen levantando la Copa, resultar¨¢ menos duro. En unos casos porque el dinero manda y en otros porque el sentimiento de amargura tambi¨¦n tira lo suyo, tendr¨¢n que decir adi¨®s con todo el dolor de su coraz¨®n. No es el momento de desvelar nombres. Est¨¢n en la mente de todos. Cuando se vayan dejar¨¢n un enorme vac¨ªo, tan enorme como el hueco que tapar¨¢n en el campo hoy. Unos por amargura y otros por dinero. Y no olvidar¨¢n jam¨¢s el partido de hoy, como yo no he olvidado dos momentos muy especiales. Hace cuarenta a?os, hace doce¡