El descr¨¦dito de Hoeness y del Bayern
Hoeness dimiti¨® ayer de la presidencia del Bayern, arrastrado por su proceso, que muy probablemente dar¨¢ con ¨¦l en la c¨¢rcel. Aprend¨ª de ni?o que hay que odiar el delito y compadecer al delincuente, pero hay determinados delincuentes a los que es dif¨ªcil compadecer, y este se me hace uno de ellos. Un hombre tremendamente rico (hasta el punto de que en Alemania muchos se preguntan ¡®de donde saca p¡¯a tanto como destaca¡¯, porque para defraudar tanto hay que tener much¨ªsimo) que hurta dinero a la sociedad en que vive. Un caso de codicia extrema que le ha llevado al descr¨¦dito.
Coincide adem¨¢s en que Hoeness es un falt¨®n que levant¨® la voz contra las pr¨¢cticas de nuestro f¨²tbol. Su parte de raz¨®n ten¨ªa (s¨®lo parte) con aquello de ¡°les sacamos de la mierda y no pagan a Hacienda¡±. ?l fue el primero en echar a rodar internacionalmente el descr¨¦dito contra nuestros clubes. Bueno, pues para decir ciertas cosas hay que ser un ciudadano escrupuloso y resulta que no lo es. El suyo es un caso estrepitoso de hasta qu¨¦ extrav¨ªo puede llevar el dinero cuando se toma en dosis excesivas. Fue un glorioso jugador, ha sido un personajazo en Alemania y en Europa y ahora se ve as¨ª.
Malo para el f¨²tbol, por otra parte, como ha sido malo lo de Messi y a¨²n peor lo de Neymar. Dos de los m¨¢s grandes clubes europeos quedan en entredicho y no son pocos los que piensan que todo estar¨¢ igual. Yo no creo que todo est¨¦ igual, pero no se puede negar que el f¨²tbol vive d¨ªas de bochorno. Ese ideal del Bayern, el club regido por el mismo grupo de hombres que le hizo c¨¦lebre con tres Copas de Europa seguidas, club de f¨²tbol y de futbolistas, se empa?a ahora al saber que aquel espl¨¦ndido delantero que lo presidi¨® hasta ayer va a ser puesto a buen recaudo por defraudador sin mesura.