¡®Pati¡¯ sufri¨® a la Inquisici¨®n

El caso de Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez Pati?o, popularmente Pati, fue un bombazo en los a?os 80. El atletismo espa?ol comenzaba a sonar con Abascal y Gonz¨¢lez, y ten¨ªamos un equipo apa?adito que rara vez volv¨ªa sin medalla en los grandes campeonatos. Pati era de las fijas en la Selecci¨®n, y por eso gozaba de cierta popularidad, aunque el podio no fuera lo suyo. Si alguien no la conoc¨ªa, termin¨® por hacerlo en enero de 1986, cuando la Federaci¨®n Espa?ola de Atletismo retir¨® la licencia de la atleta porque carec¨ªa de los suficientes cromosomas femeninos para ser declarada mujer. ?Fue un esc¨¢ndalo! Tuvo que refugiarse en casa de una atleta amiga, a las afueras de Madrid, para evitar el asedio de la prensa deportiva, nacional, rosa y amarillista.

¡°Si viviera en el siglo XV ya me habr¨ªan quemado viva. Era una bruja¡±, me contaba. Sufri¨® lo indecible. Pertenec¨ªa a una familia conservadora, muy religiosa, que meses antes hab¨ªa perdido a su ¨²nico hijo var¨®n. Hay que ponerse en esas circunstancias. Su otra vida, la del atletismo, le daba la espalda. Le dec¨ªan que no era mujer por mucho que se le fueran los ojos detr¨¢s de Moracho y de Arqu¨¦s. Recibi¨® grandes ofertas por contar su historia. Se arm¨® de valor y dijo: ¡°Voy a contarla, pero a todos¡±. Convoc¨® una conferencia de prensa, se visti¨® con sus mejores galas de mujer y proclam¨®: ¡°Aqu¨ª estoy yo. Una mujer, porque jam¨¢s voy a dudar de lo que soy¡±. Dos a?os despu¨¦s, el atletismo reconoci¨® que la anomal¨ªa no representaba ventaja alguna. La historia es de pel¨ªcula