Martino y Song cantaron en Anoeta
El s¨¢bado comenz¨® con disgusto madridista, por el mantenimiento de la sanci¨®n a Cristiano, pero acab¨® con la alegr¨ªa may¨²scula de la ca¨ªda del Bar?a en Anoeta, llegada con justicia y cierto estr¨¦pito. La buena imagen de los ¨²ltimos d¨ªas se evapor¨® de golpe. Empieza a dar la impresi¨®n de que este Bar?a es como el tango, ¡®hoy un juramento, ma?ana una traici¨®n...¡¯. La traici¨®n fue de Martino, claro, que pese a que hab¨ªa descartado la idea de rotaciones ante la semana limpia que tiene el Bar?a, meti¨® en el equipo a Song, a costa de que no jugaran ni Cesc ni Xavi, con el prop¨®sito de blindarse.
Y como las carga el diablo y los duendes del f¨²tbol son juguetones, Song, sobre no significar ning¨²n blindaje, se meti¨® en propia puerta el primer gol, al que seguir¨ªan otros dos. El Bar?a fue un descoloque atr¨¢s y por arriba se not¨® que le faltaba el juego que le pod¨ªan dar los que no estaban. Esta derrota, aparte de su mucha influencia en la tabla, le va a costar cara a Martino. No ser¨¢ f¨¢cil que le perdonen la renuncia al estilo en un d¨ªa as¨ª, por lo que supuso de temor excesivo a la Real y por el resultado p¨¦simo que produjo. Tambi¨¦n fue de esos partidos que marcan para mal a un jugador, en este caso Song.
Ahora el Madrid est¨¢ tres puntos por encima. Y firm¨ªsimo. No jug¨® bien, jug¨® mal a ratos, pero su seguridad atr¨¢s (?qu¨¦ diferencia en eso con el Bar?a!) y la calidad arriba le valieron un resultado desahogado. Bale enmend¨® un partido palid¨ªsimo con un gol de bandera, y a partido ya resuelto entr¨® Isco para reemprender su romance con el Bernab¨¦u, que le aclam¨®. Todo est¨¢ en orden en el Madrid, mientras crea dudas c¨®mo encajar¨¢ el Bar?a lo de Anoeta, que fue algo m¨¢s que una derrota. Y el Atl¨¦tico en Pamplona, plaza dif¨ªcil, no s¨®lo en sanfermines. Permanezcamos atentos a la pantalla.