Cristiano, oficial y caballero
Si yo me fuese hoy de turismo a Portugal, lo primero que har¨ªa es seguir los pasos dados por Cristiano desde que era ni?o. Si te acercas por la humilde barriada de Funchal (Madeira) donde naci¨® y por la residencia de Lisboa donde comparti¨® sus primeros d¨ªas lejos de casa siendo un cr¨ªo de 11 a?itos, entiendes mejor la magnitud del personaje. Cristiano ha destrozado la caja de los prejuicios que le persegu¨ªan hasta convertir su caso en uno de los mayores episodios de injusticia social que haya conocido el mundo del deporte. A Cristiano se le ha insultado en los campos, se han acordado de su madre, le han reprochado su condici¨®n de portugu¨¦s y los m¨¢s salvajes le corearon: ¡°?Cristiano, mu¨¦rete!¡±.
Pero ¨¦l respondi¨® con grandeza. Se trag¨® el orgullo, apret¨® los dientes, curr¨® m¨¢s que nunca, interioriz¨® su rabia en silencio y se dedic¨® a ser mejor futbolista y, por encima de todo, mejor persona. Modific¨® su lenguaje gestual en el campo, solidariz¨® sus emociones y convirti¨® cada partido en un reto s¨®lo a la altura de los m¨¢s grandes de la historia. Con una fiereza admirable y una bondad que fueron captando sus compa?eros, primero, y la grada, despu¨¦s, Cristiano se ha ganado el aprecio y el respeto del mundo entero. Por eso han ido llegando el Bal¨®n de Oro, los reconocimientos de la cr¨ªtica especializada y ahora el de su propio pa¨ªs, que le pone como Gran Oficial a la altura de Obama o Mandela. Cristiano est¨¢ recogiendo ahora los frutos a muchas horas de trabajo y de sacrificio personal para traspasar la barrera que diferencia a un simple gran futbolista con lo que es ¨¦l a d¨ªa de hoy: Oficial y Caballero.
E ste ser¨¢ su a?o m¨¢gico. Sumen los d¨ªgitos de 2014. Veamos. 2+0+1+4=7. Premonitorio. El a?o del 7. El a?o del jugador que lucha por pasar a la posteridad como m¨¢ximo goleador de la historia del Real Madrid y como mejor futbolista que haya visto la humanidad desde Di St¨¦fano. O Rei Cristiano.